Auditorio Al-Ándalus, FIBES
Quique González: Voz, Guitarra, Armónica
José Ignacio Lapido: Voz, Guitarra
Víctor Sánchez: Guitarra, Voz
Pepo López: Guitarra, Voz
Ricky Falkner: Bajo, Voz
Raúl Bernal: Teclados, Hammond, Voz
Edu Olmedo: Batería
Torroja y Bosé. Serrat y Sabina. González y Lapido. Definitivamente no hablamos de lo mismo. Esto no es una oportunidad comercial, ni una forma de volver al candelero, ni una escusa para sacar disco en directo, esto básicamente es la unión natural en un escenario de dos tipos que escriben unas canciones maravillosas y que se profesan mutua admiración, sin pretensiones ni aspavientos. Pero no sólo van a disfrutar ellos, nosotros también, estaría bueno.
En un auditorio que no hace justicia a un final de gira como este (feo, incómodo, sonido poco más que mediocre) y con una muy buena entrada aunque sin agotar, nada más entrar vemos ya dispuestas las armas de matar: cuatro guitarras. Acústicas, Telecasters, en manos de los técnicos se ven unas Gretsch, la SG de Lapido...locas por que les entre electricidad y demostrarnos lo que valen en manos de unos músicos del copón. Porque vaya músicos. A Víctor Sánchez ya lo conozco de verlo con Lapido. Es un espectáculo, ya lo he dicho otras veces, pero es que Pepo López no le va a la zaga. Cuatro guitarras entonces, más un bajo, órgano hammond, batería, todos tienen micros para la voz...pudieramos pensar que es excesivo pero la verdad es que son tan buenos músicos, están tan ensayados, los arreglos están tan bien hechos, que lo incuestionable es que esos temas que todos conocemos y que tanto nos gustan alcanzaron unos niveles nunca visto antes, al menos por estos ojos que se han de comer los gusanos.
Con un poco de retraso subieron en fila al escenario para inmediatamente entonar el primer temazo como es "Ladridos del perro mágico". Primera erizada de vellos de la noche. La banda suena de escándalo y hasta se permiten ciertas coreografías. Le sigue otra de Quique González, y después otra de Lapido...parece claro que se van a ir alternando religiosamente. Realmente no es así pero echando balance global vemos que fueron 24 temas repartidos por autoría a partes iguales. Fifty-fifty. Yo no soy más que tú ni tú menos que yo pero parece que esa decisión salomónica responde más a una reverencia al publico que a ellos mismos. Yo soy más de Lapido que de Quique pero los habrá que serán más de Quique que de Lapido. El caso es que todos contentos a partes iguales. Lo realmente importante es como uno interpretaba las canciones del otro, haciéndola suya pero respetándola por encima de todo y sobretodo disfrutándola. Y en cualquier caso (casi) nunca uno estaba solo, sino que por lo general la práctica era intercambiar estrofas.
De la primera parte del concierto guardo momentos espectaculares. Por ejemplo el mini duelo de guitarra entre LapidoSG y Pepotelecaster en "Kid Chocolate", el rocanrol desenfrenado de "Hotel Los Ángeles", seis voces cantando a coro "En el más allá"...¿qué digo seis?, también los técnicos y por supuesto la audiencia. Y es que esa es una de las razones por las que un concierto como el del sábado se disfruta a tope. Te gustan las canciones, las adoras, te encanta cantarlas en el coche así que cómo no las vas a cantar acompañado de su autor que lo tienes delante de tus narices, vivito y coleando. Lo de los pipas canturreando los temas desde su posición es algo que vi muchas veces durante el concierto y me encantó. Pero sobre todo me encantó ver a Quique González cantando, gesticulando, saltando, tocando en plan air guitar, en el tema que cerró el set principal: "Cuando por fin".
Llega la parte de los bises. Al principio de forma intimista, con "Aunque tú no lo entiendas" a dúo entre Quique González y Raúl Bernal y después con "En el ángulo muerto", con Lapido, Bernal y Víctor Sánchez en el slide. Enésima erizada de vellos. Y luego, bueno, luego llega la muy esperada rendición a "los cero" con "Nubes con forma de pistola" y "Vidas Cruzadas". Aquí la gente ya no puede aguantarse en la butaca. Lo ha hecho durante toda la noche, por respeto al que se sienta detrás, pero ya está, ya es hora de saltar un poco en tu posición y echar los restos.
Se nos van, de nuevo, para volver otra vez (y ya nos damos cuenta que es el principio del fin) con la tremenda "Cuando el ángel decida volver". Todos la cantan y la tocan como si fuera la última vez que lo hacen en su vida. Bueno, puede que para la mitad de ellos sea así. No me cabe duda de que están pensando en ello y es palpable y se les dibuja en la cara a satisfacción y el gusto de tocar un tema así por última vez con tan magnífico acompañamiento. Todo lo bueno se acaba y lamentablemente se tienen que despedir, con tralla, como se tiene que acabar un concierto, joder. Y ahí quedo "Dónde está el dinero", suelta de perros incluida.
Han sido diez conciertos diez, que se recordarán en nuestra memoria y en la de ellos por muchísimo tiempo. Y si no, espero que al menos estén los blogs para recordarlo.
Repertorio:
Ladridos del perro mágico
La luna debajo del brazo
El carrusel abandonado
Me agarraste
Luz de ciudades en llamas
Se equivocaban contigo
Deslumbrado
Antes de morir de pena
Kid Chocolate
Hotel Los Ángeles
En el backstage
El más allá
Dallas-Memphis
En medio de ningún lado
Clase media
Algo me aleja de ti
De espaldas a la realidad
Cuando por fin
---
Aunque tú no lo entiendas
En el ángulo muerto
Nubes con forma de pistola
Vidas cruzadas
---
Cuando el ángel decida volver
¿Dónde está el dinero?
"Information is not knowledge. Knowledge is not wisdom. Wisdom is not truth. Truth is not beauty. Beauty is not love. Love is not music. Music is the best." (Packard Goose, Joe's Garage, Frank Zappa 1979)
lunes, 1 de diciembre de 2014
domingo, 16 de noviembre de 2014
Jack DeJohnette Trio, Sevilla 08/11/2014
Teatro Central
Jazz en Noviembre
Jack DeJohnette: Batería, Piano
Ravi Coltrane: Saxo Tenor, Saxo Soprano
Matthew Garrison: Bajo, efectos
No me extraña que el teatro estuviera lleno. El currículum de Jack DeJohnette podría tener más páginas que el de algún médico que conozco. Miles Davis, Keith Jarret, Charles Lloyd, Sonny Rollins, Joe Henderson, Pat Metheny. Interminable la lista. Está claro que este hombre es un fuera de serie en un instrumento tan poco agradecido como la batería y que su sólo nombre en los créditos del CD de cualquier artista hace que éste suba muchos enteros. Por ello no podía dejar pasar la ocasión no sólo de verlo de nuevo sino además liderando su propio trío y presentándonos sus propias composiciones. En los saxos está Ravi Coltrane, hijo del saxofonista John Coltrane, y en el bajo Matthew Garrison, hijo del bajista Jimmy Garrison, que tocó con John Coltrane. Ambos apadrinados por DeJohnette que bien pudo codearse con sus padres. Ya se sabe, Dios los cría y ellos se juntan. La verdad es que los apellidos de estos tipos tienen que pesar como una losa.
Comenzando con la atmosférica Atmosphere que encadenó con Seventh D, poco a poco nos fuimos metiendo en el concierto. No fue fácil al principio. Había que estar muy concentrado para disfrutar de las piezas y era fácil, al menos para mi, que mi cabeza volara hacia las preocupaciones del día, de la semana. Ni siquiera los artificios de Garrison, grabando loops con su bajo y tocando encima acaparaban demasiada atención. Con la presentación de Lydia (su mujer por más de 40 años) y al sentarse al piano, cambió un poco las tornas y nos hizo disfrutar de esa bonita balada. Es evidente que a las teclas es más aficionado que maestro, comparado con sus virtudes a las baquetas, pero toca lo suficientemente bien como para hacer las introducciones a algunos de los temas, de forma delicada, dejando el testigo para que lo recojan Coltrane, Garrison y el mismo, para desarrollar definitivamente la pieza.
Tras Lydia tocaron un tema que ni reconocí ni presentaron. Una suerte de bebop movido con muchos cambios, probablemente alguna pieza de John Coltrane, en el que los tres sí dieron muestras de estar pasándoselo bien, solos de bajo y batería incluidos, hasta que llegó de nuevo una composición del propio DeJohnette, Pastel Rhapsody que hizo bajar el ritmo de nuevo. Y despidieron el acto finalmente con otra pieza de Coltrane (el padre) denominada Satellite. Hicieron un único bis, con un temazo como The Sidewinder, de Lee Morgan, en el que nos hicieron disfrutar de lo lindo con ese riff (sí riff), ese tempo de blues, y ese corte entre estrofas que tocaban al unísono bajo y batería.
Y observando en casa la entrada impresa aprecio una anotación: "Factura informativa Junta de Andalucía. FÍJATE: coste real de esta entrada 61,83€". Vale, esta claro que la Junta financia estos espectáculos, porque el popular precio de 15€ no sostiene un cartel de esta categoría año tras año, pero...¿61,83€?. Y eso considerando que al tratarse de promotor público no se pretende obtener beneficio. Señores de la Junta, si de verdad les cobran eso les están tomando el pelo.
Setlist:
Atmosphere
Seventh D
Lydia
¿?
Pastel Rhapsody
Satellite
---
The Sidewinder
Jazz en Noviembre
Jack DeJohnette: Batería, Piano
Ravi Coltrane: Saxo Tenor, Saxo Soprano
Matthew Garrison: Bajo, efectos
No me extraña que el teatro estuviera lleno. El currículum de Jack DeJohnette podría tener más páginas que el de algún médico que conozco. Miles Davis, Keith Jarret, Charles Lloyd, Sonny Rollins, Joe Henderson, Pat Metheny. Interminable la lista. Está claro que este hombre es un fuera de serie en un instrumento tan poco agradecido como la batería y que su sólo nombre en los créditos del CD de cualquier artista hace que éste suba muchos enteros. Por ello no podía dejar pasar la ocasión no sólo de verlo de nuevo sino además liderando su propio trío y presentándonos sus propias composiciones. En los saxos está Ravi Coltrane, hijo del saxofonista John Coltrane, y en el bajo Matthew Garrison, hijo del bajista Jimmy Garrison, que tocó con John Coltrane. Ambos apadrinados por DeJohnette que bien pudo codearse con sus padres. Ya se sabe, Dios los cría y ellos se juntan. La verdad es que los apellidos de estos tipos tienen que pesar como una losa.
foto del concierto de Milán
Tras Lydia tocaron un tema que ni reconocí ni presentaron. Una suerte de bebop movido con muchos cambios, probablemente alguna pieza de John Coltrane, en el que los tres sí dieron muestras de estar pasándoselo bien, solos de bajo y batería incluidos, hasta que llegó de nuevo una composición del propio DeJohnette, Pastel Rhapsody que hizo bajar el ritmo de nuevo. Y despidieron el acto finalmente con otra pieza de Coltrane (el padre) denominada Satellite. Hicieron un único bis, con un temazo como The Sidewinder, de Lee Morgan, en el que nos hicieron disfrutar de lo lindo con ese riff (sí riff), ese tempo de blues, y ese corte entre estrofas que tocaban al unísono bajo y batería.
Y observando en casa la entrada impresa aprecio una anotación: "Factura informativa Junta de Andalucía. FÍJATE: coste real de esta entrada 61,83€". Vale, esta claro que la Junta financia estos espectáculos, porque el popular precio de 15€ no sostiene un cartel de esta categoría año tras año, pero...¿61,83€?. Y eso considerando que al tratarse de promotor público no se pretende obtener beneficio. Señores de la Junta, si de verdad les cobran eso les están tomando el pelo.
Setlist:
Atmosphere
Seventh D
Lydia
¿?
Pastel Rhapsody
Satellite
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The Sidewinder
domingo, 19 de octubre de 2014
Extremoduro, Sevilla 04/10/2014
Estadio Olímpico
Roberto Iniesta: Voz, Guitarra
Iñaki Antón: Guitarra, Voz
Miguel Ángel Colino: Bajo, Voz
José Ignacio Cantera: Batería
Félix Landa: Guitarra
Aiert Erkoreka: Teclados
El concierto del sábado de los Extremoduro fue un concierto como dios manda. Quiero decir que pocos conciertos se hacen ya así, que junten todos estos ingredientes: escenografía original, presentación de temas de nuevo disco, introducción de temas inéditos, concierto largo, buen sonido, buen sitio, buen ambiente...Pero no fue el mejor que les he visto. Al menos para mí, el concierto de hace dos años fue insuperable.
Con media hora de retraso, y eso que las entradas advertían de la puntualidad del concierto, empezó a sonar la música de Platero y tú a un volumen distinto, que preparaba por fin para el inicio del concierto. Entonces un enorme container baja del tejado, entre luces y sonidos de advertencia, mientras un operario en chaleco reflectante dirige la operación. Finalmente el container vuelve a subir tras dejar en el escenario a los Extremoduro, que arrancan con una versión instrumental de Extraterrestre. Todo muy "Rust Never Sleeps", la película. A partir de aquí, la gente entregada hasta el Extremo, mientras empiezan a sonar favoritos de siempre, como Sol de invierno, de su relevo generacional, como La vereda de la puerta de atrás, y recientes, como Pequeño rocanrol endémico. El sonido es muy bueno, los temas tienen algunos nuevos arreglos y hasta nuevas estrofas, hacia la hora de concierto el Robe introduce un tema nuevo. Dice algo así como que "canta la rana debajo del agua...". Pide encarecidamente a la gente que no graben el tema, que no lo cuelguen en el youtube, para que los que van mañana al concierto no se queden sin sorpresa. Ay, Robe!...el camino de las utopías!. Acabamos la primera parte con un fragmento de lo que hace dos años se tocaron entero: el disco de "La ley innata", para irremediablemente llegar al fastidioso (para mí, no para los de las barras) descanso de media hora.
Bueno, de nuevo volvemos a la carga, con temas antiguos entremezclados con los del nuevo álbum. Suena Jesucristo García, que tanto echaron de menos muchos en la gira anterior. Suena un fragmento de la suite Pedrá, aunque no aquel con el que nos tienen acostumbrado. Suena una de las grandes favoritas, Standby con un interludio clásico que enlaza con Salir, coreada por toda la audiencia. Quedó muy potito, la verdad. Así, corriendo, pasó de nuevo una hora hasta la falsa despedida con una que no puede faltar: Ama, ama, ama y ensancha el alma.
Y para acabar, el mismo tema con el que comenzaron la gira pasada: El camino de las utopías, un nuevo clásico, esa que algunos siguen llamando El pájaro azul. Mientras suenan los últimos acordes, Robe se despide de la audiencia, en silencio, diciendo adiós con la manita, dejando a la banda finiquitar el tema para a continuación desmelenarse sin el jefe con la versión de Rocking All Over the World que tanto le gusta al Uoho. Uf, yo ya estoy cansado. Se me hace larga la traca final. Ha sido un buen concierto, por supuesto.
PRIMERA PARTE
Extraterrestre (instrumental)
Sol de invierno
Buscando una luna
La vereda de la puerta de atrás
Pequeño rocanrol endémico
Golfa
Calle Esperanza s/n
Locura transitoria
TEMA INÉDITO
Dulce introducción al caos
Segundo movimiento: lo de fuera
Cuarto movimiento: la realidad
SEGUNDA PARTE
Prometeo
Jesucristo García
Poema sobrecogido
Sucede
Mi voluntad
Pedrá (fragmento)
Standby
Salir
Puta
¡Qué borde era mi valle!
Ama, ama, ama y ensancha el alma
BIS
El camino de la utopías
Rocking All Over the World
Nuestro sexto concierto de Extremoduro. Todos en años pares. ¡Qué cosas!
Bueno, de nuevo volvemos a la carga, con temas antiguos entremezclados con los del nuevo álbum. Suena Jesucristo García, que tanto echaron de menos muchos en la gira anterior. Suena un fragmento de la suite Pedrá, aunque no aquel con el que nos tienen acostumbrado. Suena una de las grandes favoritas, Standby con un interludio clásico que enlaza con Salir, coreada por toda la audiencia. Quedó muy potito, la verdad. Así, corriendo, pasó de nuevo una hora hasta la falsa despedida con una que no puede faltar: Ama, ama, ama y ensancha el alma.
Y para acabar, el mismo tema con el que comenzaron la gira pasada: El camino de las utopías, un nuevo clásico, esa que algunos siguen llamando El pájaro azul. Mientras suenan los últimos acordes, Robe se despide de la audiencia, en silencio, diciendo adiós con la manita, dejando a la banda finiquitar el tema para a continuación desmelenarse sin el jefe con la versión de Rocking All Over the World que tanto le gusta al Uoho. Uf, yo ya estoy cansado. Se me hace larga la traca final. Ha sido un buen concierto, por supuesto.
PRIMERA PARTE
Extraterrestre (instrumental)
Sol de invierno
Buscando una luna
La vereda de la puerta de atrás
Pequeño rocanrol endémico
Golfa
Calle Esperanza s/n
Locura transitoria
TEMA INÉDITO
Dulce introducción al caos
Segundo movimiento: lo de fuera
Cuarto movimiento: la realidad
SEGUNDA PARTE
Prometeo
Jesucristo García
Poema sobrecogido
Sucede
Mi voluntad
Pedrá (fragmento)
Standby
Salir
Puta
¡Qué borde era mi valle!
Ama, ama, ama y ensancha el alma
BIS
El camino de la utopías
Rocking All Over the World
Nuestro sexto concierto de Extremoduro. Todos en años pares. ¡Qué cosas!
viernes, 8 de agosto de 2014
Sheela Na Gig, Sevilla 02/08/2014
XV Noches en los Jardines del Real Alcázar
Rubén Díez: Flautas, Bodhran
Kevin Thorman: Guitarras, Voz
Leslie Jordan: Violín, Voz
Mangu Díaz: Concertina, Banjo, Voz
15 años cumple ya esta ineludible cita en el verano sevillano. No me canso de repetir que es una deliciosa experiencia asistir a estos conciertos y prueba de ello es que año tras año el éxito de crítica y público es total, con más de 80 conciertos y una ocupación de más del 95% de media. Chapó.
Tras el disfrute con Rarefolk hace un par de años y visto que lo de escuchar música celta es cada vez más excepcional, me apetecía acercarme a ver a los chicos de Sheela Na Gig, en su casi obligada presencia anual en este ciclo. Creo que no hace falta presentarlos pero sí que hay que presentar el programa que, año tras año, busca el punto de originalidad necesario para que ni los más devotos seguidores se sientan cansados. Con el título de Hibernian Roots and Branches plantearon un programa basado en las músicas tradicionales del oeste de Irlanda y de sus ramificaciones hacia los Estados Unidos con el folk y el bluegrass. En definitiva, el repertorio de ahí abajo que, si bien no es exacto, sí bastante certero.
No conozco una música más evocadora que la que salía de los instrumentos de estos señores el pasado sábado. Qué cojones, en mi vida he estado en Irlanda, pero mientras escuchaba la música no paraba de ver paisajes montañosos, lluviosos, verdes, tabernas, cervezas, el calor de un fuego. Tampoco sé nada de esta música, de sus armonías y estructuras, pero sé identificar esos patrones que hacen que cada composición sea distinta de la anterior pero al mismo tiempo igual que la siguiente y que guarda el secreto para que casi en todo el momento sepas dónde va a estar el cambio de ritmo y que te mantenga enganchado desde el primer segundo y hasta el último acorde.
No obstante, el repertorio como he dicho no fue puramente irlandés y las incursiones en el bluegrass, el folk o el country me tocaron más de cerca y me hicieron disfrutar también mucho de esas otras estructuras más conocidas. Me encanta el sonido del banjo y me encantó la versión de Man of Constant Sorrow que tanto he escuchado por Dylan: "la canción más moderna que tocaremos esta noche...", decía Kevin Thorman, "...y es de 1913". Hay que decir que son cuatro musicazos, que se nota que han tocado muchísimo juntos y se entienden a la perfección, y hay que decir que es maravilloso que de esos inventos humanos llamados instrumentos y que de esa pericia con los dedos, las manos, los pulmones de esa especia humana que se llama músico salga esa cosa tan maravillosa que se llama música. Todo eso se me pasaba por la cabeza la otra noche, al fresco de la noche, la vista de tan magnífico entorno y la compañía de mi amor. Music is the best.
Fotos de la organización.
Repertorio:
Up Down and Around
The Jolly Tinker
Sixpenny Money / Lian / The Gravel Walks
Lark on the Strand / The White Petticoat
Here and Heaven
Clancy's Flexible Flyer
Man of Constant Sorrow
Comb Your Hair and Curl it / The Butterfly
The Ashplant / Drowsie Maggie
Wingflapper / Jimmy´s Return
The Leitrim Fancy /Over the Hills /The Whinny Hills of Leitrim
The Frieze Britches/ Cunla
---
Sáhara
Rubén Díez: Flautas, Bodhran
Kevin Thorman: Guitarras, Voz
Leslie Jordan: Violín, Voz
Mangu Díaz: Concertina, Banjo, Voz
15 años cumple ya esta ineludible cita en el verano sevillano. No me canso de repetir que es una deliciosa experiencia asistir a estos conciertos y prueba de ello es que año tras año el éxito de crítica y público es total, con más de 80 conciertos y una ocupación de más del 95% de media. Chapó.
Tras el disfrute con Rarefolk hace un par de años y visto que lo de escuchar música celta es cada vez más excepcional, me apetecía acercarme a ver a los chicos de Sheela Na Gig, en su casi obligada presencia anual en este ciclo. Creo que no hace falta presentarlos pero sí que hay que presentar el programa que, año tras año, busca el punto de originalidad necesario para que ni los más devotos seguidores se sientan cansados. Con el título de Hibernian Roots and Branches plantearon un programa basado en las músicas tradicionales del oeste de Irlanda y de sus ramificaciones hacia los Estados Unidos con el folk y el bluegrass. En definitiva, el repertorio de ahí abajo que, si bien no es exacto, sí bastante certero.
No conozco una música más evocadora que la que salía de los instrumentos de estos señores el pasado sábado. Qué cojones, en mi vida he estado en Irlanda, pero mientras escuchaba la música no paraba de ver paisajes montañosos, lluviosos, verdes, tabernas, cervezas, el calor de un fuego. Tampoco sé nada de esta música, de sus armonías y estructuras, pero sé identificar esos patrones que hacen que cada composición sea distinta de la anterior pero al mismo tiempo igual que la siguiente y que guarda el secreto para que casi en todo el momento sepas dónde va a estar el cambio de ritmo y que te mantenga enganchado desde el primer segundo y hasta el último acorde.
No obstante, el repertorio como he dicho no fue puramente irlandés y las incursiones en el bluegrass, el folk o el country me tocaron más de cerca y me hicieron disfrutar también mucho de esas otras estructuras más conocidas. Me encanta el sonido del banjo y me encantó la versión de Man of Constant Sorrow que tanto he escuchado por Dylan: "la canción más moderna que tocaremos esta noche...", decía Kevin Thorman, "...y es de 1913". Hay que decir que son cuatro musicazos, que se nota que han tocado muchísimo juntos y se entienden a la perfección, y hay que decir que es maravilloso que de esos inventos humanos llamados instrumentos y que de esa pericia con los dedos, las manos, los pulmones de esa especia humana que se llama músico salga esa cosa tan maravillosa que se llama música. Todo eso se me pasaba por la cabeza la otra noche, al fresco de la noche, la vista de tan magnífico entorno y la compañía de mi amor. Music is the best.
Fotos de la organización.
Repertorio:
Up Down and Around
The Jolly Tinker
Sixpenny Money / Lian / The Gravel Walks
Lark on the Strand / The White Petticoat
Here and Heaven
Clancy's Flexible Flyer
Man of Constant Sorrow
Comb Your Hair and Curl it / The Butterfly
The Ashplant / Drowsie Maggie
Wingflapper / Jimmy´s Return
The Leitrim Fancy /Over the Hills /The Whinny Hills of Leitrim
The Frieze Britches/ Cunla
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Sáhara
jueves, 17 de julio de 2014
Joe Satriani, Córdoba 12/07/2014
34 Festival de la Guitarra de Córdoba
Teatro de la Axerquía
Joe Satriani: Guitarra
Mike Keneally: Guitarra, Teclados
Bryan Beller: Bajo
Marco Minnemann: Batería
El Festival de la Guitarra de Cordoba es un lujazo. Mantener año tras año el nivel del cartel no debe ser nada fácil, sobre todo en los tiempos que corren. Además consiguen confeccionar una oferta atractiva para casi todo tipo de público, desde el más purista y añorante de los orígenes del festival hasta el más desprendido y deseoso de actos populares y por qué no comerciales, pasando por el espectador sibarita. Si unos recintos magníficos y además el tiempo acompaña, vale la pena pegarse la paliza del viaje relámpago. Todos los años tengo que seleccionar. Ya me gustaría tener esta oferta al lado de casa para asistir a todos los conciertos que quisiera. El cementerio de Córdoba está justo al lado del Teatro de la Axerquía. Cuando muera quiero que me entierren allí, para no perderme ni un concierto. Bueno, como decía este año he tenido que renunciar a Mike Stern, a Bill Evans, a Victor Wooten, pero me he permitido el gustazo de inaugurar y clausurar el festival con Pat Metheny y Joe Satriani.
Al del pelo frito ya lo comenté por aquí. Vamos con el Satriani. Nunca viene solo, claro, pero es que esta vez se trae nada menos que a Mike Keneally, ex músico de Zappa, teclista y guitarrista virtuoso que tiene hasta cara de simpático; se trae también a Marco Minnemann, batería de casi dos metros de alto y que audicionó para Dream Theater, ahí es nada; y un bajista que no conozco pero que por lo que he podido averiguar ha tocado con Steve Vai.
Como telonero viene Oli Brown & Raven Eye, un power trío que tocan un blues en la mejor tradición de SRV y al que nos perdimos casi en totalidad por disfrutar de otros placeres culinarios (aquí, Bar Santo y Seña). Con puntualidad absoluta (afortunadamente) hizo presencia el Satriani, su Ibanez, su grupo y sus miles de watios para empezar a dar caña con Jumpin' In. He podido comprobar que el setlist de la otra noche es idéntico al que viene tocando toda la gira. No corre riesgos el amigo Satriani, como tantos otros. Entiendo que preparar un repertorio muy extenso que dé juego para cambiar el set de vez en cuando es una tarea muy costosa pero ahí está uno de los valores diferenciales de unos y otros. Desde luego el amigo Keneally no debería asustarse por ello. Por contra sí que aporta algo, y es un repertorio sólido, consistente, dinámico, equilibrado…y muy ensayado. Como dios manda abundan los temas del último disco (hasta cinco he contado), entremezclados con temas no tan conocidos y con aquellos que no pueden faltar, so pena que la peña salga desilusionada del concierto y nos perdamos ese bonito espectáculo de pantallas de 4'' que al unísono levantan cientos de manos y que desde la distancia hacen ver una galaxia de estrellas entre tú y el escenario. Hay bastante gente, aunque no creo que se hayan agotado las entradas, y el sonido es muy bueno y la visibilidad también. ¡Cómo toca el cabrito, y qué rápido!...exactamente 59.315 notas salieron de su guitarra y eso que algunas la hacían chillar de agonía (o placer) durante medio minuto al menos.
Los temas de Unstoppable Momentum (2013) suenan muy bien. La verdad es que cualquier disco de Satriani gana mucho en directo, y eso en este concierto se ve de forma flagrante en un tema como The Crush of Love. Si a la mutilación de los sonidos ochenteros le sumamos un espectacular duelo de guitarras Satriani-Keneally y una extensión del tema de hasta diez minutos donde Minnemann y Beller se explayan, definitivamente éste fue uno de los mejores momentos de la noche. Por cierto que queremos a Marco Minnemann para el próximo Drum Fest 2014 ¡YA!. Como decía, que los temas suenan cojonudos en directo. El concierto es corto, pero se hace más corto si cabe cuando te lo estás pasando bien y estás rodeado de gente a la que quieres, que disfruta contigo de un evento así. Vale la pena el esfuerzo (¿Lo he dicho ya?). Sólo una pega: las proyecciones en la pantalla detrás del escenario. Sosas, muy sosas. Otra pega, venga: ya esta bien de hacernos la pelota con expresiones del tipo "you guys are amazing", que se nota que forma parte del programa.
Bueno, que me gusto el concierto, que me agradó ver a Satriani después de más de 20 años, y que me ilusionó también ver al Keneally, un músico que admiro mucho. El año que viene, más y mejor, seguro.
Fotos de Iván Martín (otra vez) y de la organización.
Setlist:
Jumpin' In
Devil's Inside
Flying in a Blue Dream
Unstoppable Momentum
The Weight of the World
Ice 9
The Crush of Love
Lies and Truths
Satch Boogie
Shine on American Dreamer
Cryin'
Drum Solo
Time Machine
Always with Me, Always with You
Surfing with the Alien
---
Crowd Chant
Summer Song
Teatro de la Axerquía
Joe Satriani: Guitarra
Mike Keneally: Guitarra, Teclados
Bryan Beller: Bajo
Marco Minnemann: Batería
El Festival de la Guitarra de Cordoba es un lujazo. Mantener año tras año el nivel del cartel no debe ser nada fácil, sobre todo en los tiempos que corren. Además consiguen confeccionar una oferta atractiva para casi todo tipo de público, desde el más purista y añorante de los orígenes del festival hasta el más desprendido y deseoso de actos populares y por qué no comerciales, pasando por el espectador sibarita. Si unos recintos magníficos y además el tiempo acompaña, vale la pena pegarse la paliza del viaje relámpago. Todos los años tengo que seleccionar. Ya me gustaría tener esta oferta al lado de casa para asistir a todos los conciertos que quisiera. El cementerio de Córdoba está justo al lado del Teatro de la Axerquía. Cuando muera quiero que me entierren allí, para no perderme ni un concierto. Bueno, como decía este año he tenido que renunciar a Mike Stern, a Bill Evans, a Victor Wooten, pero me he permitido el gustazo de inaugurar y clausurar el festival con Pat Metheny y Joe Satriani.
Al del pelo frito ya lo comenté por aquí. Vamos con el Satriani. Nunca viene solo, claro, pero es que esta vez se trae nada menos que a Mike Keneally, ex músico de Zappa, teclista y guitarrista virtuoso que tiene hasta cara de simpático; se trae también a Marco Minnemann, batería de casi dos metros de alto y que audicionó para Dream Theater, ahí es nada; y un bajista que no conozco pero que por lo que he podido averiguar ha tocado con Steve Vai.
Como telonero viene Oli Brown & Raven Eye, un power trío que tocan un blues en la mejor tradición de SRV y al que nos perdimos casi en totalidad por disfrutar de otros placeres culinarios (aquí, Bar Santo y Seña). Con puntualidad absoluta (afortunadamente) hizo presencia el Satriani, su Ibanez, su grupo y sus miles de watios para empezar a dar caña con Jumpin' In. He podido comprobar que el setlist de la otra noche es idéntico al que viene tocando toda la gira. No corre riesgos el amigo Satriani, como tantos otros. Entiendo que preparar un repertorio muy extenso que dé juego para cambiar el set de vez en cuando es una tarea muy costosa pero ahí está uno de los valores diferenciales de unos y otros. Desde luego el amigo Keneally no debería asustarse por ello. Por contra sí que aporta algo, y es un repertorio sólido, consistente, dinámico, equilibrado…y muy ensayado. Como dios manda abundan los temas del último disco (hasta cinco he contado), entremezclados con temas no tan conocidos y con aquellos que no pueden faltar, so pena que la peña salga desilusionada del concierto y nos perdamos ese bonito espectáculo de pantallas de 4'' que al unísono levantan cientos de manos y que desde la distancia hacen ver una galaxia de estrellas entre tú y el escenario. Hay bastante gente, aunque no creo que se hayan agotado las entradas, y el sonido es muy bueno y la visibilidad también. ¡Cómo toca el cabrito, y qué rápido!...exactamente 59.315 notas salieron de su guitarra y eso que algunas la hacían chillar de agonía (o placer) durante medio minuto al menos.
Los temas de Unstoppable Momentum (2013) suenan muy bien. La verdad es que cualquier disco de Satriani gana mucho en directo, y eso en este concierto se ve de forma flagrante en un tema como The Crush of Love. Si a la mutilación de los sonidos ochenteros le sumamos un espectacular duelo de guitarras Satriani-Keneally y una extensión del tema de hasta diez minutos donde Minnemann y Beller se explayan, definitivamente éste fue uno de los mejores momentos de la noche. Por cierto que queremos a Marco Minnemann para el próximo Drum Fest 2014 ¡YA!. Como decía, que los temas suenan cojonudos en directo. El concierto es corto, pero se hace más corto si cabe cuando te lo estás pasando bien y estás rodeado de gente a la que quieres, que disfruta contigo de un evento así. Vale la pena el esfuerzo (¿Lo he dicho ya?). Sólo una pega: las proyecciones en la pantalla detrás del escenario. Sosas, muy sosas. Otra pega, venga: ya esta bien de hacernos la pelota con expresiones del tipo "you guys are amazing", que se nota que forma parte del programa.
Bueno, que me gusto el concierto, que me agradó ver a Satriani después de más de 20 años, y que me ilusionó también ver al Keneally, un músico que admiro mucho. El año que viene, más y mejor, seguro.
Fotos de Iván Martín (otra vez) y de la organización.
Setlist:
Jumpin' In
Devil's Inside
Flying in a Blue Dream
Unstoppable Momentum
The Weight of the World
Ice 9
The Crush of Love
Lies and Truths
Satch Boogie
Shine on American Dreamer
Cryin'
Drum Solo
Time Machine
Always with Me, Always with You
Surfing with the Alien
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Crowd Chant
Summer Song
martes, 8 de julio de 2014
Pat Metheny Unity Group, Córdoba 30/06/2014
34 Festival de la Guitarra de Córdoba
Teatro de la Axerquía
Pat Metheny: Guitarra
Chris Potter: Saxos, Flauta, Guitarra
Antonio Sánchez: Batería
Ben Williams: Contrabajo, Bajo Eléctrico
Giulio Carmassi: Piano, Voz, Trompeta
Pat Metheny es el más grande guitarrista de jazz del momento. Por eso, y porque me encanta su música, sus músicos, sus propuestas, sus proyectos, su sentido del espectáculo, sus guitarras, su peluca, su camiseta a rayas...no pienso perdérmelo siempre que se ponga a tiro. Y por ponerse a tiro entiéndase que venga a tocar de Despeñaperros para abajo. Siempre es una excitación enterarme de que viene a tocar a Córdoba. Es la tercera vez que lo veo en esa maravillosa ciudad y siempre en el marco del Festival de la Guitarra. Se ve que tiene predilección por este festival, o que los organizadores tienen predilección por él. En cualquier caso está claro que son un matrimonio bien avenido y de eso nos aprovechamos también nosotros disfrutando de este figura. La primera ocasión, en el 2006 vino en formato trío, en los jardines del Reál Alcázar en una de las noches más calurosas que recuerdo en esta ciudad. Al año siguiente, se le pudo ver en el Gran Teatro compartiendo escenario con el malafollá de Brad Mehldau y en esta ocasión, casi siete años después, aterriza en el Teatro Axerquía con una formación inédita, el Unity Group. ¿Qué nos podíamos esperar?...desde luego yo me quedé corto.
Hace una noche espléndida, hay gente pero ni mucho menos habrá lleno. Entrando casi a la hora, podemos sentarnos casi en primera fila. ¡Qué teatro al aire libre más maravilloso!. Suena por megafonía el casi clásico "Plis welcom Pat Mezini" y aparece en solitario con la Pikasso en las manos. Suelo bromear con mi gente cuando les cuento que le vi tocar una guitarra de 48 cuerdas. Pero, pero...¿cómo de grande es el mástil?...bueno, búscalo en youtube. Es su juguetito y siempre lo saca a relucir. He aquí lo que decía del sentido del espectáculo unido a un virtuosismo y una sensibilidad impresionante. The Sound of Water, fue la pieza interpretada.
Inmediatamente salen los camaradas: Chris Potter, un crack de los vientos, ¿alguien tuvo el gustazo de verlo en aquella sala de la calle Chicarreros?; Antonio Sánchez, ya lo he dicho, desde ya mi batería favorito, un espectáculo por sí solo, pago sólo por verlo a él; Ben Williams, no lo conozco, pero si está ahí tiene que estar a la altura de los demás. Comienzan el set con temas del disco Unity Band (2012) aunque pronto pasan a temas mas conocidos como The Bat y el popularísimo James. Este tema es un fijo del repertorio del Metheny y si fueran otros tiempos saldría hasta en la MTV. Entre medias, Antonio Sánchez se marca el primer solo de batería en la Colemaniana Police People.
Llegan las presentaciones y el sentido homenaje al maestro de maestros: Paco de Lucía. "El mejor guitarrista de la historia y una de las mejores personas que he conocido", dice el Metheny. El festival está dedicado a ÉL y Metheny se siente humilde y no escatima en elogios. Se tira dos o tres minutos hablando de ÉL. Pero el show debe continuar y nos anuncia que hasta el momento hemos visto una cosa, la Unity Band, que de pronto se transformará en el Unity Group, con la incorporación de Giulio Carmassi y el destape de cacharrería variada recogida del proyecto Orchestrion. Ahora la cosa va en serio y entramos en una nueva dimensión. Así es. Suenan pistas ¿pregrabadas?, la cacharrería que toca ¿sola?, vibráfonos, percusión, acordeones, botellas semillenas de ¿agua?, lucecitas. Suena todo muy "Pat Metheny Group" pero los músicos son cinco, no diez. Los temas son del último disco Kin (<-->)--> (2014), temas largos, evocadores, donde el Metheny despliega su elenco de guitarras y Potter el de saxofones, Ben Williams toca a veces el bajo eléctrico y Antonio Sánchez...bueno, me tienen que pegar una colleja para dejar de mirarlo embobado.
Llevamos más de hora y media y todavía hay una tercera parte antes de los bises. Hablamos de los duetos. Primero con Ben Williams, interpretando su Bright Size Life, de su primer disco. Esta canción en este formato dúo guitarra + contrabajo ya lo lleva ensayado desde hace unos años, que empezó a interpretarlo así. Hombre, no es lo mismo que con Jaco Pastorius pero mola. Después el clasicazo standar All the Things You Are, con Chris Potter. Aquí el duelo no tiene claro ganador. Uno se vuelve vizco queriendo no perder ni un segundo de cada uno de los dos ejecutantes. Sigue Dream of the Return, donde Carmassi además canta la melodía en ese idioma universal que es el tarareo. Vuelven de nuevos los ecos del PMG con esas voces que tan bien acompañan la guitarra del Metheny.Y por último, señoras y señores, D. Antonio Sánchez. (Go) Get It. Sobran las palabras.
Uf, ya estoy extasiado pero no puedo ni respirar con la grandísima Have You Heard, para empezar el primer bis con la no menos grande Are You Going with Me? para decir adiós. ¿Adiós?...aún no, porque ya tras despedir a la banda vuelve a solas con su guitarra acústica a interpretar un popurrí de temas entrelazados durante al menos diez minutos más. Se puede oir entre otras Phase Dance, Minuano (Six Eight), As It Is, Antonia, Last Train Home...una delicia. Hasta pronto Pat.
Fotos de Iván Martín
Setlist:
Introducción
Into the Dream
Primera Parte (Unity Band)
Come and See
Roofdogs
The Bat
Police People
James
Folk Song #1
Segunda Parte (Unity Group)
Kin (<-->)-->
Rise Up
Born
Genealogy
On Day One
Tercera Parte (Duetos y Bises)
Bright Size Life
All the Things You Are
Dream of the Return
(Go) Get It
Have You Heard
---
Are You Going with Me?
---
Medley acústico: Phase Dance/Minuano (Six Eight)/.../As It Is/.../Antonia/.../Last Train Home
Teatro de la Axerquía
Pat Metheny: Guitarra
Chris Potter: Saxos, Flauta, Guitarra
Antonio Sánchez: Batería
Ben Williams: Contrabajo, Bajo Eléctrico
Giulio Carmassi: Piano, Voz, Trompeta
Pat Metheny es el más grande guitarrista de jazz del momento. Por eso, y porque me encanta su música, sus músicos, sus propuestas, sus proyectos, su sentido del espectáculo, sus guitarras, su peluca, su camiseta a rayas...no pienso perdérmelo siempre que se ponga a tiro. Y por ponerse a tiro entiéndase que venga a tocar de Despeñaperros para abajo. Siempre es una excitación enterarme de que viene a tocar a Córdoba. Es la tercera vez que lo veo en esa maravillosa ciudad y siempre en el marco del Festival de la Guitarra. Se ve que tiene predilección por este festival, o que los organizadores tienen predilección por él. En cualquier caso está claro que son un matrimonio bien avenido y de eso nos aprovechamos también nosotros disfrutando de este figura. La primera ocasión, en el 2006 vino en formato trío, en los jardines del Reál Alcázar en una de las noches más calurosas que recuerdo en esta ciudad. Al año siguiente, se le pudo ver en el Gran Teatro compartiendo escenario con el malafollá de Brad Mehldau y en esta ocasión, casi siete años después, aterriza en el Teatro Axerquía con una formación inédita, el Unity Group. ¿Qué nos podíamos esperar?...desde luego yo me quedé corto.
Hace una noche espléndida, hay gente pero ni mucho menos habrá lleno. Entrando casi a la hora, podemos sentarnos casi en primera fila. ¡Qué teatro al aire libre más maravilloso!. Suena por megafonía el casi clásico "Plis welcom Pat Mezini" y aparece en solitario con la Pikasso en las manos. Suelo bromear con mi gente cuando les cuento que le vi tocar una guitarra de 48 cuerdas. Pero, pero...¿cómo de grande es el mástil?...bueno, búscalo en youtube. Es su juguetito y siempre lo saca a relucir. He aquí lo que decía del sentido del espectáculo unido a un virtuosismo y una sensibilidad impresionante. The Sound of Water, fue la pieza interpretada.
Inmediatamente salen los camaradas: Chris Potter, un crack de los vientos, ¿alguien tuvo el gustazo de verlo en aquella sala de la calle Chicarreros?; Antonio Sánchez, ya lo he dicho, desde ya mi batería favorito, un espectáculo por sí solo, pago sólo por verlo a él; Ben Williams, no lo conozco, pero si está ahí tiene que estar a la altura de los demás. Comienzan el set con temas del disco Unity Band (2012) aunque pronto pasan a temas mas conocidos como The Bat y el popularísimo James. Este tema es un fijo del repertorio del Metheny y si fueran otros tiempos saldría hasta en la MTV. Entre medias, Antonio Sánchez se marca el primer solo de batería en la Colemaniana Police People.
Llegan las presentaciones y el sentido homenaje al maestro de maestros: Paco de Lucía. "El mejor guitarrista de la historia y una de las mejores personas que he conocido", dice el Metheny. El festival está dedicado a ÉL y Metheny se siente humilde y no escatima en elogios. Se tira dos o tres minutos hablando de ÉL. Pero el show debe continuar y nos anuncia que hasta el momento hemos visto una cosa, la Unity Band, que de pronto se transformará en el Unity Group, con la incorporación de Giulio Carmassi y el destape de cacharrería variada recogida del proyecto Orchestrion. Ahora la cosa va en serio y entramos en una nueva dimensión. Así es. Suenan pistas ¿pregrabadas?, la cacharrería que toca ¿sola?, vibráfonos, percusión, acordeones, botellas semillenas de ¿agua?, lucecitas. Suena todo muy "Pat Metheny Group" pero los músicos son cinco, no diez. Los temas son del último disco Kin (<-->)--> (2014), temas largos, evocadores, donde el Metheny despliega su elenco de guitarras y Potter el de saxofones, Ben Williams toca a veces el bajo eléctrico y Antonio Sánchez...bueno, me tienen que pegar una colleja para dejar de mirarlo embobado.
Llevamos más de hora y media y todavía hay una tercera parte antes de los bises. Hablamos de los duetos. Primero con Ben Williams, interpretando su Bright Size Life, de su primer disco. Esta canción en este formato dúo guitarra + contrabajo ya lo lleva ensayado desde hace unos años, que empezó a interpretarlo así. Hombre, no es lo mismo que con Jaco Pastorius pero mola. Después el clasicazo standar All the Things You Are, con Chris Potter. Aquí el duelo no tiene claro ganador. Uno se vuelve vizco queriendo no perder ni un segundo de cada uno de los dos ejecutantes. Sigue Dream of the Return, donde Carmassi además canta la melodía en ese idioma universal que es el tarareo. Vuelven de nuevos los ecos del PMG con esas voces que tan bien acompañan la guitarra del Metheny.Y por último, señoras y señores, D. Antonio Sánchez. (Go) Get It. Sobran las palabras.
Uf, ya estoy extasiado pero no puedo ni respirar con la grandísima Have You Heard, para empezar el primer bis con la no menos grande Are You Going with Me? para decir adiós. ¿Adiós?...aún no, porque ya tras despedir a la banda vuelve a solas con su guitarra acústica a interpretar un popurrí de temas entrelazados durante al menos diez minutos más. Se puede oir entre otras Phase Dance, Minuano (Six Eight), As It Is, Antonia, Last Train Home...una delicia. Hasta pronto Pat.
Fotos de Iván Martín
Setlist:
Introducción
Into the Dream
Primera Parte (Unity Band)
Come and See
Roofdogs
The Bat
Police People
James
Folk Song #1
Segunda Parte (Unity Group)
Kin (<-->)-->
Rise Up
Born
Genealogy
On Day One
Tercera Parte (Duetos y Bises)
Bright Size Life
All the Things You Are
Dream of the Return
(Go) Get It
Have You Heard
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Are You Going with Me?
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Medley acústico: Phase Dance/Minuano (Six Eight)/.../As It Is/.../Antonia/.../Last Train Home
lunes, 9 de junio de 2014
25 años de conciertos
De bares a estadios olímpicos, de lluvia torrencial a sol abrasador, sólo o en grupo, por la patilla o por un riñón, de pie, sentado, tirado en el suelo o casi levitando, en mi barrio o a 3.000km de distancia…han sido 25 años yendo a conciertos y espero seguir así al menos 25 años más. El primer concierto al que asistí, o al menos el primero del que tengo memoria, fue de No me pises que llevo chanclas. Ya veis. Era tal día como hoy del año 89 y lo estaban petando con el Bolillón y las Calles de Chicago. Además era gratis y presentaba Emilio Aragón, que por entonces también lo petaba con su Saque Bola en Canal Sur. Aún afloran algunas sensaciones de aquel día en la Plaza de España: ese ambiente gamberro, ese “si me viera mi madre”, ese ruido. Desde entonces y hasta la fecha han sido unos 250, más o menos. Todavía hoy siento ese hormigueo en el estómago en la cola de acceso, en el proceso de buscar la mejor ubicación, en los minutos previos al “estallido”. Guardo memoria de prácticamente todos y cada uno de los conciertos a los que he ido y además me ayudo del blog para que esos recuerdos nunca los pierda. Mucho ha cambiado desde entonces: los medios, las normas, los precios de las entradas, la forma de adquirirlas, la proliferación de los festivales…y lo que me queda por ver, eso espero, pero en el fondo es y será lo mismo: música en directo, mi grupo favorito tocando delante de mí, para mí, y la sensación de haber vivido algo único y especial. Nos vemos en el próximo.
sábado, 31 de mayo de 2014
Festival Territorios, Sevilla 23-24/05/2014
Monasterio de la Cartuja
¡Maldita la hora en que me compré el abono pal Territorios!. Es lo que he pensado en estas dos últimas ediciones cuando voy en coche camino de la Cartuja, a las 10 de la noche, tras dejar a los niños colocados con los abuelos, con la incertidumbre del follón que encontraré para aparcar, sin saber si veré algún concierto que valga la pena, reventado de trabajar y levantado desde las 6:30, sabiendo que mañana tengo que ir temprano a recoger a los niños….¿Vale la pena?. Al final sí, y seguro que vuelvo a comprar el abono en cuanto se ponga a la venta para la edición del 2015. No te puedes resistir, por tan solo unos 15€ (qué se puede hacer por menos dinero hoy día). Y además hay que contribuir a la permanencia de este festival. O esto, o no tendremos nada. Ya sé que el cartel lleva dos años muy flojo. Que soñamos con que vuelvan a aparecer nombres como Wilco, Jayhawks, Los Enemigos, Amaral, Iggy Pop…pero hay que seguir apoyándolo aunque no cubra nuestras expectativas. Ya vendrán tiempos mejores. E insisto, ¿qué más se puede pedir por 15 pavos?.
Los cabezas de cartel este año son Loquillo y el homenaje a Triana. Porque cabezas de cartel son los nombres que van en primer lugar y a menudo con letras más grandes, ¿no?. Pero mi interés estaba en los que figuraban en segunda fila: Anna Calvi el viernes y sobretodo JSBX el sábado. Del homenaje hablaré más tarde, como está haciendo todo el mundo. Pues eso, que estaba yo en el coche camino del festival sin muchas ganas, la verdad, pero mira por dónde na más llegar aparqué el coche a apenas 200m de la puerta. Empezamos muy bien. Tras sortear las botellonas veo las primeras caras conocidas. Esa gente del ámbito laboral que no te imaginas ver por allí. Me gustan esas cosas. Y una vez dentro y anillado el primer destino es Anna Calvi. Miento, el primer destino es la taquilla donde sacar las moneditas para pedir un par de cervezas. La visión de Anna Calvi sobre el escenario con su guitarra y arrancándole esos aullidos es muy impactante. Cuanto menos es una imagen poco usual. La fragilidad de su figura y la dulzura de su voz contrasta con la garra con la que maneja su telecaster. La atmosfera es asfixiante, depresiva…eso lo consigue la banda que está detrás y la oscuridad de la noche. Incluso ese escenario, grande pero abierto por los cuatro costados. Pero sobretodo ella con su presencia, su guitarra y su voz (aunque esta última no estaba muy bien amplificada). Me gustó verla.
De aquí me acerqué a ver a Loquillo, que aún no había empezado. Con mucha pomposidad y actitud de estar de vuelta de todo empezó su concierto ante una audiencia entregada. Las primeras canciones no las reconocí pero más o menos vi por dónde iban los tiros La banda sonaba bien (con tres guitarras ya le vale) y la voz la tiene cascada, pero mantiene el tipo con dignidad y sus incondicionales son eso, incondicionales.
No obstante me fui a la media hora para ver a Shannon & The Clams. Una auténtica y agradable sorpresa. Los había escuchado poco en la web del Territorios pero en vivo y en directo entran muy bien, con esa deliciosa y potente mezcla entre música surf y doo-wop. Y para potente también la figura de Shannon, en las antípodas en lo físico de Anna Calvi.
Aún me quedé un rato más para ver la primera parte del concierto del Love of lesbian, en el escenario principal. También lo petaron para deleite de sus seguidores (y sonaba de pm).
Y ya estamos en sábado. Más descansados que el viernes pero al mismo tiempo resentidos, así que sé que tampoco voy a aguantar mucho. Lo de Triana está programado para las 2:45. No llego, seguro. Pero empezamos con tralla de la buena, con los sempiternos Reincidentes. Lo menos 20 años que no veo un concierto de ellos y ahí siguen, dando caña. Me retraí a aquellos años de excesos y pocos compromisos y obligaciones y me dio cierto gustirrinín aunque eso no significa que firme volver atrás en el tiempo.
Como decía el amigo Carrascus, nos cansamos de escuchar proclamas antisistema y hay que irse a no perderse ni un minuto del plato fuerte de la noche: la Blues Explosion de John Spencer. Sobra mucho escenario para una batería sin tarima y dos guitarras. Hay también un chisme con forma de cuña, con antenas y una luz azul. Sólo los más viejos del lugar saben lo que es. John Spencer gasta su guerreada guitarra Zimgar , pantalones de cuero, habla poco y muy rápido y continuamente hinca la rodilla en el suelo. Su lugarteniente Judah Bauer se mueve poco, se contonea en círculos y parece que no toca mucho, pero siempre están saliendo notas de su guitarra, ya sean acordes, punteos o slide. Además hace atronar su armónica a veces. Y por último Russell Simins está aporreando una batería con un solo plato, un solo tom, un solo bombo pero…cada vez que baja el brazo o aplasta el pedal te sacude el pecho. Los temas o canciones, se suceden sin interrupción, no sabes cuándo acaba una y empieza otra, o si están improvisando, o yo qué sé. Al final, sí, se acerca a hacer aullar al “chisme”. Un subidón.
Después de esto me puedo ir a casa a gusto, pero me da tiempo de ir a ver a Él mató a un policía motorizado. Un grupo de nombre extraño, ridículo, aunque no más que No me pises que llevo chanclas, pero que hace un rock contundente y algo psicodélico. Sólo vimos el final, con los últimos temas y la “actuación estelar” como invitado de Jota, el de Los Planetas.
Son más de las dos y aún queda más de una hora para que empiece lo de Triana. ¿Me quedo?, ¿no me quedo?, estoy escuchando Ska-P, ¿me quedo?, ¿no me quedo?....No me quedo. Paso. Me voy. Me dicen que hice bien. Ríos de tinta, digo, miles de tweets y comentarios de facebook están corriendo sobre el homenaje a Triana en Territorios. La mayoría despectivos hacia los indies y de mano de integristas pseudo puristas. Que si dónde van estos indies-granainos-malafollá profanando el legado de los dioses sevillanos del rock andaluz, que si las versiones no están a la altura, que si no tocan bien…Bueno, nadie se rasga las vestiduras cuando sale un disco de versiones de los Beatles en clave de jazz, y esto es un poco lo mismo. Si no te gusta te vas, pero no machaques un espectáculo que sólo por la cantidad de gente implicada seguro que ha costado mucho sacar adelante y con la única intención de hacer algo bonito, de conocer algo nuevo.
Bueno, el año que viene más. Dicen que han venido 34.000 personas.
Fotos, casi todas, de Ángla Oliva
¡Maldita la hora en que me compré el abono pal Territorios!. Es lo que he pensado en estas dos últimas ediciones cuando voy en coche camino de la Cartuja, a las 10 de la noche, tras dejar a los niños colocados con los abuelos, con la incertidumbre del follón que encontraré para aparcar, sin saber si veré algún concierto que valga la pena, reventado de trabajar y levantado desde las 6:30, sabiendo que mañana tengo que ir temprano a recoger a los niños….¿Vale la pena?. Al final sí, y seguro que vuelvo a comprar el abono en cuanto se ponga a la venta para la edición del 2015. No te puedes resistir, por tan solo unos 15€ (qué se puede hacer por menos dinero hoy día). Y además hay que contribuir a la permanencia de este festival. O esto, o no tendremos nada. Ya sé que el cartel lleva dos años muy flojo. Que soñamos con que vuelvan a aparecer nombres como Wilco, Jayhawks, Los Enemigos, Amaral, Iggy Pop…pero hay que seguir apoyándolo aunque no cubra nuestras expectativas. Ya vendrán tiempos mejores. E insisto, ¿qué más se puede pedir por 15 pavos?.
Los cabezas de cartel este año son Loquillo y el homenaje a Triana. Porque cabezas de cartel son los nombres que van en primer lugar y a menudo con letras más grandes, ¿no?. Pero mi interés estaba en los que figuraban en segunda fila: Anna Calvi el viernes y sobretodo JSBX el sábado. Del homenaje hablaré más tarde, como está haciendo todo el mundo. Pues eso, que estaba yo en el coche camino del festival sin muchas ganas, la verdad, pero mira por dónde na más llegar aparqué el coche a apenas 200m de la puerta. Empezamos muy bien. Tras sortear las botellonas veo las primeras caras conocidas. Esa gente del ámbito laboral que no te imaginas ver por allí. Me gustan esas cosas. Y una vez dentro y anillado el primer destino es Anna Calvi. Miento, el primer destino es la taquilla donde sacar las moneditas para pedir un par de cervezas. La visión de Anna Calvi sobre el escenario con su guitarra y arrancándole esos aullidos es muy impactante. Cuanto menos es una imagen poco usual. La fragilidad de su figura y la dulzura de su voz contrasta con la garra con la que maneja su telecaster. La atmosfera es asfixiante, depresiva…eso lo consigue la banda que está detrás y la oscuridad de la noche. Incluso ese escenario, grande pero abierto por los cuatro costados. Pero sobretodo ella con su presencia, su guitarra y su voz (aunque esta última no estaba muy bien amplificada). Me gustó verla.
De aquí me acerqué a ver a Loquillo, que aún no había empezado. Con mucha pomposidad y actitud de estar de vuelta de todo empezó su concierto ante una audiencia entregada. Las primeras canciones no las reconocí pero más o menos vi por dónde iban los tiros La banda sonaba bien (con tres guitarras ya le vale) y la voz la tiene cascada, pero mantiene el tipo con dignidad y sus incondicionales son eso, incondicionales.
No obstante me fui a la media hora para ver a Shannon & The Clams. Una auténtica y agradable sorpresa. Los había escuchado poco en la web del Territorios pero en vivo y en directo entran muy bien, con esa deliciosa y potente mezcla entre música surf y doo-wop. Y para potente también la figura de Shannon, en las antípodas en lo físico de Anna Calvi.
Aún me quedé un rato más para ver la primera parte del concierto del Love of lesbian, en el escenario principal. También lo petaron para deleite de sus seguidores (y sonaba de pm).
Y ya estamos en sábado. Más descansados que el viernes pero al mismo tiempo resentidos, así que sé que tampoco voy a aguantar mucho. Lo de Triana está programado para las 2:45. No llego, seguro. Pero empezamos con tralla de la buena, con los sempiternos Reincidentes. Lo menos 20 años que no veo un concierto de ellos y ahí siguen, dando caña. Me retraí a aquellos años de excesos y pocos compromisos y obligaciones y me dio cierto gustirrinín aunque eso no significa que firme volver atrás en el tiempo.
Como decía el amigo Carrascus, nos cansamos de escuchar proclamas antisistema y hay que irse a no perderse ni un minuto del plato fuerte de la noche: la Blues Explosion de John Spencer. Sobra mucho escenario para una batería sin tarima y dos guitarras. Hay también un chisme con forma de cuña, con antenas y una luz azul. Sólo los más viejos del lugar saben lo que es. John Spencer gasta su guerreada guitarra Zimgar , pantalones de cuero, habla poco y muy rápido y continuamente hinca la rodilla en el suelo. Su lugarteniente Judah Bauer se mueve poco, se contonea en círculos y parece que no toca mucho, pero siempre están saliendo notas de su guitarra, ya sean acordes, punteos o slide. Además hace atronar su armónica a veces. Y por último Russell Simins está aporreando una batería con un solo plato, un solo tom, un solo bombo pero…cada vez que baja el brazo o aplasta el pedal te sacude el pecho. Los temas o canciones, se suceden sin interrupción, no sabes cuándo acaba una y empieza otra, o si están improvisando, o yo qué sé. Al final, sí, se acerca a hacer aullar al “chisme”. Un subidón.
Después de esto me puedo ir a casa a gusto, pero me da tiempo de ir a ver a Él mató a un policía motorizado. Un grupo de nombre extraño, ridículo, aunque no más que No me pises que llevo chanclas, pero que hace un rock contundente y algo psicodélico. Sólo vimos el final, con los últimos temas y la “actuación estelar” como invitado de Jota, el de Los Planetas.
Son más de las dos y aún queda más de una hora para que empiece lo de Triana. ¿Me quedo?, ¿no me quedo?, estoy escuchando Ska-P, ¿me quedo?, ¿no me quedo?....No me quedo. Paso. Me voy. Me dicen que hice bien. Ríos de tinta, digo, miles de tweets y comentarios de facebook están corriendo sobre el homenaje a Triana en Territorios. La mayoría despectivos hacia los indies y de mano de integristas pseudo puristas. Que si dónde van estos indies-granainos-malafollá profanando el legado de los dioses sevillanos del rock andaluz, que si las versiones no están a la altura, que si no tocan bien…Bueno, nadie se rasga las vestiduras cuando sale un disco de versiones de los Beatles en clave de jazz, y esto es un poco lo mismo. Si no te gusta te vas, pero no machaques un espectáculo que sólo por la cantidad de gente implicada seguro que ha costado mucho sacar adelante y con la única intención de hacer algo bonito, de conocer algo nuevo.
Bueno, el año que viene más. Dicen que han venido 34.000 personas.
Fotos, casi todas, de Ángla Oliva
domingo, 18 de mayo de 2014
Philip Catherine Trio, Sevilla 16/05/2014
17 Festival de Jazz de la Universidad de Sevilla
Teatro Alameda
Philip Catherine: Guitarra
Phil Wilkinson: Órgano Hammond B3
Esteve Pí: Batería
Tras tres años de infidelidad (joder...¿por qué lo hacían coincidir con el Territorios?), por fin este año vuelvo a mi querido festival de Jazz de la Universidad de Sevilla y a mi querido Teatro Alameda. Ahora sí, es querido, tras cambiar los incómodos asientos anteriores.
Y van 17 ediciones. Todas que un nivel altísimo, a precios populares. un festival hecho con mucho esfuerzo y cariño y que al menos se ve recompensado con masiva afluencia de público. Al menos en todos los conciertos a los que he asistido durante muchos años. Enhorabuena.
Fue en el 2007 cuando estuve viendo por primera vez a Philip Catherine en este mismo festival, en este mismo recinto. También en formato trío, pero con la formación habitual de contrabajo y batería. En esta ocasión cambia el contrabajo por el maravilloso sonido del órgano Hammond, magníficamente pilotado por un soberbio Phil Wilkinson. No menos soberbio también a los palos estaba el catalán Esteve Pí, habitual en los combos jazzísticos que se dejan caer por esta ciudad, y del que me quedé en varias ocasiones embelesado viéndolo tocar mientras la atención debía estar puesta en el protagonista, Philip Catherine.
Venir con un programa llamado "Plays Cole Porter" es apostar a caballo ganador. A poco que toque unos cuantos de sus archiconocidos temas el éxito está asegurado. Sin embargo, y al menos desde mi humilde conocimiento de la obra de Porter, lejos de asegurar Philip Catherine innovó con un repertorio más escondido y menos usual, con unos arreglos muy personales y currados. Está claro que se ha trabajado bastante estas interpretaciones y que disfruta tocándolas, al igual que sus acompañantes. tan sólo una concesión, con el famosísimo "Love For Sale". Ocho temas para una velada deliciosa. Y sí, al finalizar el concierto, montó su chiringuito.
Setlist:
I Concentrate On You
Let's Do It, Let's Fall In Love
Why Can't You Behave
So In Love
From This Moment On
Get Out Of Town
Love For Sale
---
You Do Something To Me
Teatro Alameda
Philip Catherine: Guitarra
Phil Wilkinson: Órgano Hammond B3
Esteve Pí: Batería
Tras tres años de infidelidad (joder...¿por qué lo hacían coincidir con el Territorios?), por fin este año vuelvo a mi querido festival de Jazz de la Universidad de Sevilla y a mi querido Teatro Alameda. Ahora sí, es querido, tras cambiar los incómodos asientos anteriores.
Y van 17 ediciones. Todas que un nivel altísimo, a precios populares. un festival hecho con mucho esfuerzo y cariño y que al menos se ve recompensado con masiva afluencia de público. Al menos en todos los conciertos a los que he asistido durante muchos años. Enhorabuena.
Fue en el 2007 cuando estuve viendo por primera vez a Philip Catherine en este mismo festival, en este mismo recinto. También en formato trío, pero con la formación habitual de contrabajo y batería. En esta ocasión cambia el contrabajo por el maravilloso sonido del órgano Hammond, magníficamente pilotado por un soberbio Phil Wilkinson. No menos soberbio también a los palos estaba el catalán Esteve Pí, habitual en los combos jazzísticos que se dejan caer por esta ciudad, y del que me quedé en varias ocasiones embelesado viéndolo tocar mientras la atención debía estar puesta en el protagonista, Philip Catherine.
Venir con un programa llamado "Plays Cole Porter" es apostar a caballo ganador. A poco que toque unos cuantos de sus archiconocidos temas el éxito está asegurado. Sin embargo, y al menos desde mi humilde conocimiento de la obra de Porter, lejos de asegurar Philip Catherine innovó con un repertorio más escondido y menos usual, con unos arreglos muy personales y currados. Está claro que se ha trabajado bastante estas interpretaciones y que disfruta tocándolas, al igual que sus acompañantes. tan sólo una concesión, con el famosísimo "Love For Sale". Ocho temas para una velada deliciosa. Y sí, al finalizar el concierto, montó su chiringuito.
Setlist:
I Concentrate On You
Let's Do It, Let's Fall In Love
Why Can't You Behave
So In Love
From This Moment On
Get Out Of Town
Love For Sale
---
You Do Something To Me
sábado, 3 de mayo de 2014
Dave Douglas & Uri Caine, Sevilla 29/04/2014
Teatro Lope de Vega
Dave Douglas: Trompeta
Uri Caine: Piano
Conciertazo, lo que se dice conciertazo, no lo fue. No sé si fue cuestión del repertorio, basado en el disco conjunto recién editado y en el que se interpretan sobre todo temas antiguos de la música tradicional americana, o fue la duración del programa, de tan sólo una hora y cuarto, o fue más bien el ambiente frío de un teatro semivacío. Y es que por ejemplo llevábamos entradas de gallinero y sin embargo nos acomodaron en patio de butacas. Eso que nos llevamos.
Dave Douglas hizo sus esfuerzos por amenizar la tarde, dirigiéndose al público con un rudimentario español; vacilando un poco, como cuando propuso aceptar peticiones basadas en el comentado repertorio clásico norteamericano (y reculando, cuando le cambiaron el paso con las respuestas); buscando los aplausos para un soso Uri Caine, que no levantaba la vista del papel pautado. No consiguió gran cosa. Y mira que es evidente que son grandes músicos, pero pesó en exceso a mi juicio un formato tan poco usual y con tan poco juego: piano + trompeta. Lo más parecido que he visto anteriormente fue hace unos años un concierto de piano + saxo, con Brad Mehldau y Joshua Redman. En aquella ocasión se lo montaron bastante mejor.
Lo que más me gustó fue la interpretación de “Present Joys”, un tema que alternaba lo que podríamos denominar música de marching band con el swing más ameno. También me gustó mucho “Old Putt” donde una susurrante y casi inaudible trompeta evocaba el sonido de un tren en la distancia, sobre un sosegado acompañamiento de piano. Todo esto entre música ¿sacra?, ¿medieval?, ¿americana?, ¿salmos?. En “End to End” incluso cerrabas los ojos y podías imaginar que estabas viendo un episodio de Tom & Jerry.
Al final del concierto nos acercamos al cada vez más habitual kiosko que montan los artistas para sacar unos eurillos extras, vendiendo sus autoproducidos CDs, echándote el garabato, posando para lo foto e intercambiando agradecimientos y felicitaciones. La crisis obliga a codearse con los mortales. Y a mí esas cosas me encantan.
Dave Douglas: Trompeta
Uri Caine: Piano
Conciertazo, lo que se dice conciertazo, no lo fue. No sé si fue cuestión del repertorio, basado en el disco conjunto recién editado y en el que se interpretan sobre todo temas antiguos de la música tradicional americana, o fue la duración del programa, de tan sólo una hora y cuarto, o fue más bien el ambiente frío de un teatro semivacío. Y es que por ejemplo llevábamos entradas de gallinero y sin embargo nos acomodaron en patio de butacas. Eso que nos llevamos.
Dave Douglas hizo sus esfuerzos por amenizar la tarde, dirigiéndose al público con un rudimentario español; vacilando un poco, como cuando propuso aceptar peticiones basadas en el comentado repertorio clásico norteamericano (y reculando, cuando le cambiaron el paso con las respuestas); buscando los aplausos para un soso Uri Caine, que no levantaba la vista del papel pautado. No consiguió gran cosa. Y mira que es evidente que son grandes músicos, pero pesó en exceso a mi juicio un formato tan poco usual y con tan poco juego: piano + trompeta. Lo más parecido que he visto anteriormente fue hace unos años un concierto de piano + saxo, con Brad Mehldau y Joshua Redman. En aquella ocasión se lo montaron bastante mejor.
Lo que más me gustó fue la interpretación de “Present Joys”, un tema que alternaba lo que podríamos denominar música de marching band con el swing más ameno. También me gustó mucho “Old Putt” donde una susurrante y casi inaudible trompeta evocaba el sonido de un tren en la distancia, sobre un sosegado acompañamiento de piano. Todo esto entre música ¿sacra?, ¿medieval?, ¿americana?, ¿salmos?. En “End to End” incluso cerrabas los ojos y podías imaginar que estabas viendo un episodio de Tom & Jerry.
Al final del concierto nos acercamos al cada vez más habitual kiosko que montan los artistas para sacar unos eurillos extras, vendiendo sus autoproducidos CDs, echándote el garabato, posando para lo foto e intercambiando agradecimientos y felicitaciones. La crisis obliga a codearse con los mortales. Y a mí esas cosas me encantan.
Setlist:
Supplication
Ham Fist
Bethel
End to End
Seven Seas
Old Putt
Present Joys
Devotion
¿?
---
Soar Away
jueves, 10 de abril de 2014
Lapido, Sevilla 08/04/2014
+ Guillermo Alvah
Sala Malandar
José Ignacio Lapido: Voz, Guitarra
Víctor Sánchez: Guitarra, Voz
Raúl Bernal: Teclados
Popi González: Batería, Percusión, Voz
Paco Solana: Pipa y Merchandising
No hace ni cuatro días que estuve viendo a Siniestro Total, botando con sus canciones que, bueno, en sus propias palabras, consisten en decir el mayor numero de burradas en el menor tiempo posible. Y ahora estoy en el otro extremo, el de las letras curradas, poemas, hermosas, encajando como un guante en la música celestial que sale de los instrumentos de unos musicazos.
Sin el bajista Paco Solana en el escenario (que juraría que es el que vendía los discos) y en formato low-cost, también llamado electroacústico, tenemos al gran Lapido preparado para despacharnos casi dos horas de grandes canciones. En el repertorio cabe de todo, de todos sus discos en solitario y un puñado de viejos temas de 091. En general éstos son los más coreados pero a la misma altura que temas como "Muy lejos de aquí" o "Cuando el ángel decida volver". Y es que la gente, con una entrada aceptable, se saben las canciones al dedillo, que es la forma de disfrutar a tope de un concierto como este. Bueno, puedes no saberte todas las canciones y sólo disfrutar, que no es poco, con ese espectáculo que es Víctor Sánchez. ¡Qué gozada verlo tocar esas preciosas guitarras, y qué bien se lo pasa el jodío!....ya quisiera yo ir un día al trabajo y pasarlo así de bien.
La parte principal del concierto, donde entran sobretodo temas del último disco Formas de matar el tiempo (2013) y que está vez si que he escuchado con antelación, pasa en un suspiro con la alternancia de temas más acústicos con otros más potentes, siempre con la limitación que pueda suponer el formato acústico de guitarra y batería. Me gustó mucho que el repertorio fuera tan distinto del que tocó en su última visita, hace justo ocho meses, y no por nada sino porque me da la oportunidad de escuchar otros temas igual de buenos. Lapido se lo puede permitir. Es una gozada. Víctor Sánchez es un crack. Mi colega y yo vemos junto a la barra a un tipo que es clavadito a Carlos Goñi. ¿Es Carlos Goñi?.
Hay dos bises. En el primero nuestro particular Dylan toca su particular With God On Our Side, para inmediatamente incorporarse a echar los restos nuestra particular The Band (¿o acaso no es Víctor Sánchez clavadito a Rick Danko...y Raúl Bernal a Richard Manuel?). Me encanta el momento sublime a solas con los teclados de Bernal con Nubes con forma de pistola. Los bises son bises, y el principio del fin, así que lamentablemente esto se acaba, entre coros para La torre de la vela.
Gracias una vez más Lapido, y espero que nos veamos pronto.
Repertorio:
No queda nadie en la ciudad
Nada malo
Cosas por hacer
El carrusel abandonado
Tiros
Desvaríos
Ladridos del perro mágico
Pájaros
Muy lejos de aquí
No hay vuelta atrás
Está que arde
El principio del fin
La noche que la luna salió tarde
Nadie sabe
Algo me aleja de ti
Antes de morir de pena
Cuando el ángel decida volver
Primer Bis:
Sigue estando Dios de nuestro lado
Nubes con forma de pistola
La hora de los lamentos
La antesala del dolor
Segundo Bis:
Con la lluvia del atardecer
En el ángulo muerto
La torre de la vela
Sala Malandar
José Ignacio Lapido: Voz, Guitarra
Víctor Sánchez: Guitarra, Voz
Raúl Bernal: Teclados
Popi González: Batería, Percusión, Voz
Paco Solana: Pipa y Merchandising
No hace ni cuatro días que estuve viendo a Siniestro Total, botando con sus canciones que, bueno, en sus propias palabras, consisten en decir el mayor numero de burradas en el menor tiempo posible. Y ahora estoy en el otro extremo, el de las letras curradas, poemas, hermosas, encajando como un guante en la música celestial que sale de los instrumentos de unos musicazos.
Sin el bajista Paco Solana en el escenario (que juraría que es el que vendía los discos) y en formato low-cost, también llamado electroacústico, tenemos al gran Lapido preparado para despacharnos casi dos horas de grandes canciones. En el repertorio cabe de todo, de todos sus discos en solitario y un puñado de viejos temas de 091. En general éstos son los más coreados pero a la misma altura que temas como "Muy lejos de aquí" o "Cuando el ángel decida volver". Y es que la gente, con una entrada aceptable, se saben las canciones al dedillo, que es la forma de disfrutar a tope de un concierto como este. Bueno, puedes no saberte todas las canciones y sólo disfrutar, que no es poco, con ese espectáculo que es Víctor Sánchez. ¡Qué gozada verlo tocar esas preciosas guitarras, y qué bien se lo pasa el jodío!....ya quisiera yo ir un día al trabajo y pasarlo así de bien.
La parte principal del concierto, donde entran sobretodo temas del último disco Formas de matar el tiempo (2013) y que está vez si que he escuchado con antelación, pasa en un suspiro con la alternancia de temas más acústicos con otros más potentes, siempre con la limitación que pueda suponer el formato acústico de guitarra y batería. Me gustó mucho que el repertorio fuera tan distinto del que tocó en su última visita, hace justo ocho meses, y no por nada sino porque me da la oportunidad de escuchar otros temas igual de buenos. Lapido se lo puede permitir. Es una gozada. Víctor Sánchez es un crack. Mi colega y yo vemos junto a la barra a un tipo que es clavadito a Carlos Goñi. ¿Es Carlos Goñi?.
Hay dos bises. En el primero nuestro particular Dylan toca su particular With God On Our Side, para inmediatamente incorporarse a echar los restos nuestra particular The Band (¿o acaso no es Víctor Sánchez clavadito a Rick Danko...y Raúl Bernal a Richard Manuel?). Me encanta el momento sublime a solas con los teclados de Bernal con Nubes con forma de pistola. Los bises son bises, y el principio del fin, así que lamentablemente esto se acaba, entre coros para La torre de la vela.
Gracias una vez más Lapido, y espero que nos veamos pronto.
Repertorio:
No queda nadie en la ciudad
Nada malo
Cosas por hacer
El carrusel abandonado
Tiros
Desvaríos
Ladridos del perro mágico
Pájaros
Muy lejos de aquí
No hay vuelta atrás
Está que arde
El principio del fin
La noche que la luna salió tarde
Nadie sabe
Algo me aleja de ti
Antes de morir de pena
Cuando el ángel decida volver
Primer Bis:
Sigue estando Dios de nuestro lado
Nubes con forma de pistola
La hora de los lamentos
La antesala del dolor
Segundo Bis:
Con la lluvia del atardecer
En el ángulo muerto
La torre de la vela
miércoles, 9 de abril de 2014
Siniestro Total, Sevilla 04/04/2014
+ Sweet Hole
Sala Custom
Julián Hernández: Voz, Guitarra, Armónica
Javier Soto: Guitarra, Voz
Ángel González: Batería
Jorge Beltrán: Saxo, Teclados
Oscar G. Avendaño: Bajo, Voz
No hace mucho, un año y medio aproximadamente, estuve en esta misma sala viendo a los Siniestro Total. El sábado pasado, la misma banda, sonando y tocando un poquito mejor, en un concierto un poquito más corto y con un repertorio un poquito menos interesante y original. Y es que en aquella ocasión, en lo de la Tierra Ignota, se pudieron escuchar temas que nunca o rara vez habían tocado en directo y que, entremezclando clásicos del repertorio, consiguieron un dinamismo, atención y entrega del personal que aún hoy recuerdo vivamente. Y no es que en esta ocasión no se acercaran a aquello, pero no llegaron.
Fue un puntazo el arranque con la sintonía de Miami Vice, como hacían hace 20 años, para arrancar con uno de mis temas favoritos “Alégrame el día” con esa fantástica armónica de Julián. También estuvo bien la inclusión de los dos temas nuevos que han grabado hace poco, con mucho ritmo, divertidos, y espléndidamente ejecutados. Y es que suenan muy bien, mejor que nunca diría yo. Evidentemente la edad es la edad y no está la cosa pa pegar muchos botes, aunque la gente del público, con casi la misma edad también, se arrancó a poguear en cuanto sonaron los primeros acordes de “Bailaré sobre tu tumba” y perdió los papeles con la traca final matando jipis y el ayatollah tocapirolas.
Exactamente la mitad de los temas de la pasada noche los tocaron ya en su visita anterior, y es que, clásicos aparte, temas como “Soy así” y “¿A quién vas a culpar?” los bordan. De este repertorio lo que más me gustó, clásicos aparte, fueron “Todo por la napia”, una magnifica versión blusera de “La sociedad es la culpable” y por qué no, los temas nuevos “Todopoderoso” y “¿Casualidad? No lo creo”. Al menos en esta ocasión la entrada fue más decente.
Créditos de fotos y vídeos Ivanzappa
Repertorio:
Alégrame el día
Ay Dolores
A casa
Chusma
Rock en Samil
Vamos muy bien
Algo huele mal en Dinamarca
España se droga
Todo por la napia
La paz mundial
Baño de sangre en Puerto Banús
Viene el verano
Todopoderoso
¿Casualidad? No lo creo
¿A quién vas a culpar?
Como el aceite y el yang
Soy así
La sociedad es la culpable
Bailaré sobre tu tumba
Somos Siniestro Total
Corta o pelo, landrú
El enemigo parpadea
Miña terra galega
Cuánta puta y yo que viejo
Bis:
Cuenca minera
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?
Matar jipis en las Cies
Ayatollah!
Sala Custom
Julián Hernández: Voz, Guitarra, Armónica
Javier Soto: Guitarra, Voz
Ángel González: Batería
Jorge Beltrán: Saxo, Teclados
Oscar G. Avendaño: Bajo, Voz
No hace mucho, un año y medio aproximadamente, estuve en esta misma sala viendo a los Siniestro Total. El sábado pasado, la misma banda, sonando y tocando un poquito mejor, en un concierto un poquito más corto y con un repertorio un poquito menos interesante y original. Y es que en aquella ocasión, en lo de la Tierra Ignota, se pudieron escuchar temas que nunca o rara vez habían tocado en directo y que, entremezclando clásicos del repertorio, consiguieron un dinamismo, atención y entrega del personal que aún hoy recuerdo vivamente. Y no es que en esta ocasión no se acercaran a aquello, pero no llegaron.
Fue un puntazo el arranque con la sintonía de Miami Vice, como hacían hace 20 años, para arrancar con uno de mis temas favoritos “Alégrame el día” con esa fantástica armónica de Julián. También estuvo bien la inclusión de los dos temas nuevos que han grabado hace poco, con mucho ritmo, divertidos, y espléndidamente ejecutados. Y es que suenan muy bien, mejor que nunca diría yo. Evidentemente la edad es la edad y no está la cosa pa pegar muchos botes, aunque la gente del público, con casi la misma edad también, se arrancó a poguear en cuanto sonaron los primeros acordes de “Bailaré sobre tu tumba” y perdió los papeles con la traca final matando jipis y el ayatollah tocapirolas.
Exactamente la mitad de los temas de la pasada noche los tocaron ya en su visita anterior, y es que, clásicos aparte, temas como “Soy así” y “¿A quién vas a culpar?” los bordan. De este repertorio lo que más me gustó, clásicos aparte, fueron “Todo por la napia”, una magnifica versión blusera de “La sociedad es la culpable” y por qué no, los temas nuevos “Todopoderoso” y “¿Casualidad? No lo creo”. Al menos en esta ocasión la entrada fue más decente.
Créditos de fotos y vídeos Ivanzappa
Repertorio:
Alégrame el día
Ay Dolores
A casa
Chusma
Rock en Samil
Vamos muy bien
Algo huele mal en Dinamarca
España se droga
Todo por la napia
La paz mundial
Baño de sangre en Puerto Banús
Viene el verano
Todopoderoso
¿Casualidad? No lo creo
¿A quién vas a culpar?
Como el aceite y el yang
Soy así
La sociedad es la culpable
Bailaré sobre tu tumba
Somos Siniestro Total
Corta o pelo, landrú
El enemigo parpadea
Miña terra galega
Cuánta puta y yo que viejo
Bis:
Cuenca minera
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?
Matar jipis en las Cies
Ayatollah!
lunes, 24 de marzo de 2014
Tabletom, Sevilla 21/03/2014
+ Malabriega
Sala Custom
Pedro Ramírez: Guitarra, Voz
José Ramírez: Saxo Tenor, Saxo Alto, Flauta
Agustín Carrillo: Saxo Tenor, Voz
Manuel Arrabal: Batería
Carlos Becerra: Bajo
Tony Romero: Voz
Manuel Nocete: Teclados
Esta Sala Custom se consolida como la sala de “los 20 años después”. Y es que una vez más, y qué casualidad, justamente se cumplen 20 años desde que por primera vez vi a este grupo malagueño en directo. En aquella ocasión fue un abarrotado Fun Club y al frente claro está se encontraba el inclasificable e irrepetible Roberto González, Rockberto, que nos dejó hace ya casi tres años. El grupo a pesar de todo sigue en activo con otro cantante radicalmente distinto. En mi opinión esto se veía venir desde la publicación de Sigamos en las nubes (2008), con o sin la muerte de Rockberto, así que por fin llegó el momento de comprobar, experimentar y aplaudir si es posible la nueva versión de Tabletom.
A diferencia de aquella ocasión, esta vez la sala estaba más bien desolada. Unas 70 u 80 personas siendo generosos. Yendo a porcentaje de taquilla, una ruina. Corren malos tiempos para salir de gira, hasta para los consagrados, por lo que un grupo como este que, como dice la wikipedia lo que tiene son incondicionales, no seguidores, lo tiene muy difícil para medio-llenar, a pesar de ser viernes. Y hay otro tema. La ausencia de Rockberto al micro sin duda ha hecho que muchos de los seguidores dejen de serlo y ni siquiera le han dado una oportunidad al nuevo. Bueno, de eso hablaremos más adelante.
Con retraso más que considerable, e imagino que con la esperanza de que entrara algún rezagado más, se presentaron en el escenario como teloneros un grupo sevillano que no conocía, Malabriega, seguidores y continuadores de la tradición de Triana y el Camarón de La Leyenda del Tiempo. ¡Qué bien sonaban los tipos!. Mucha calidad, instrumental y vocal, sin complejos, haciéndonos escuchar a Triana pero sin ser ni pretender ser Triana. Espero que sigan adelante porque el camino que han elegido desde luego que no es fácil ni agradecido.
Y llega el turno de los malagueños. Ahí están todos esos monstruos, con una formación que lleva junta al menos 20 años. Carlos Becerra, el bajista entró después, y el teclista es totalmente nuevo (el de hoy es su segundo bolo). Empiezan a calentar, a sonar los pitos como dice Pepillo, las cuerdas y los parches. No se ve a Tony Romero, que espera a que suenen los primeros acordes de Guaja para salir al escenario y empezar a cantar aquello de que qué hemos tomao que tenemos mu mal color. Bueno, ya empiezo a degustar a los nuevos Tabletom. Tony canta con un deje que no dista mucho del de Rockberto, pero ni lo imita ni lo intenta, es sólo que esas canciones las tengo a hierro tatuadas en el cerebro y se grabaron por y para Rockberto. Como decía un acompañante del grupo, Tony Romero es un animal del escenario, y eso se nota y le da al grupo un empujón totalmente nuevo con la música que ya conocemos. Que sí, que con el Rockberto te partías de risa sólo con verlo moverse y por las ocurrencias que soltaba por la boquita y que algunos temas los cantaba como nadie podrá cantarlos jamás, pero éste desde luego que los canta todos y se le entiende. Las letras de Tabletom vuelven a dejar de ser ininteligibles. A los miembros del grupo se les ve más sueltos , relajados, sin soportar la carga sobre los hombros que desde luego suponía Rockberto en los últimos tiempos. Eso es lo que me parece a mí al menos. No puedo dejar de asimilar la situación a la que pudieron vivir los grupos que acompañaban a Silvio en sus últimos años. Y además yo soy de los que siempre ha ido a ver a Tabletom por la música, no por el personaje, y en eso no hemos perdido nada, sino todo lo contrario.
Bueno, después de La Radio llega Paco, un tema que como he dicho en alguna ocasión sería un pelotazo si alguien se dedicara a radiarlo o a distribuirlo por youtube. Me encanta este tema, divertido, musicalmente hermoso, dinámico. Hay otros temas así que también suenan, como El Vampiro, el Reggae las Macetas. Qué musicazos. Todos. Yo lo flipo especialmente con Carlos Becerra. Con lo que me ha gustado siempre un bajo, verlo tocar a dos metros de distancia es un deleite. Se sale del pellejo en temas como La KGB. Por fin llega un tema del disco que menos huele a Rockberto, pero es precisamente el tema del disco que más huele a Rockberto. Se trata de Blues Ozono, un tema con una letra que yo al menos no tengo por dónde cogerla. Siguen más temas del Inoxidable (1991) y casi parece que lo van a tocar entero. Y si no, son temas del 7000 Kilos (2002). La verdad es que son sus discos más populares aunque por descontado no van a dejar de regalarnos otros de sus temas favoritos como La Parte Chunga y Málaga. Antes de ellas llega Guadalmedina, un temazo que suele iniciar Pepillo al cante, que Tony Romero hace literalmente suyo, cambiando las referencias malagueñas por las granainas, y que en su segunda parte tiene un desarrollo instrumental que pone los pelos de punta.
La gente se viene arriba, alguno está a punto de saltarse al escenario del subidón. Semos cuatro gatos pero no lo parece. Pero irremediablemente nos acercamos al fin con el principio del bis, que como es habitual desde hace ya muchos años culmina con ese derroche de energía rocanrolera que es No Tengo Ná. Sólo hay una cosa que me decepcionó del concierto: ni un solo tema nuevo. Esperaba alguna sorpresa, máxime cuando en el previo del concierto me enteré por su manager que tienen grabados nuevos temas con Tony Romero. Desconozco por qué no lo hicieron. Alguna razón habrá, ¿verdad?.
Y por último agradecer a las primas Cayuso permitirme compartir mesa, concierto y backstage con ellos, y a los hermanos Ramírez por su amabilidad y palabras. Sigamos en las nubes no, sigamos en los escenarios.
Sala Custom
Pedro Ramírez: Guitarra, Voz
José Ramírez: Saxo Tenor, Saxo Alto, Flauta
Agustín Carrillo: Saxo Tenor, Voz
Manuel Arrabal: Batería
Carlos Becerra: Bajo
Tony Romero: Voz
Manuel Nocete: Teclados
Esta Sala Custom se consolida como la sala de “los 20 años después”. Y es que una vez más, y qué casualidad, justamente se cumplen 20 años desde que por primera vez vi a este grupo malagueño en directo. En aquella ocasión fue un abarrotado Fun Club y al frente claro está se encontraba el inclasificable e irrepetible Roberto González, Rockberto, que nos dejó hace ya casi tres años. El grupo a pesar de todo sigue en activo con otro cantante radicalmente distinto. En mi opinión esto se veía venir desde la publicación de Sigamos en las nubes (2008), con o sin la muerte de Rockberto, así que por fin llegó el momento de comprobar, experimentar y aplaudir si es posible la nueva versión de Tabletom.
A diferencia de aquella ocasión, esta vez la sala estaba más bien desolada. Unas 70 u 80 personas siendo generosos. Yendo a porcentaje de taquilla, una ruina. Corren malos tiempos para salir de gira, hasta para los consagrados, por lo que un grupo como este que, como dice la wikipedia lo que tiene son incondicionales, no seguidores, lo tiene muy difícil para medio-llenar, a pesar de ser viernes. Y hay otro tema. La ausencia de Rockberto al micro sin duda ha hecho que muchos de los seguidores dejen de serlo y ni siquiera le han dado una oportunidad al nuevo. Bueno, de eso hablaremos más adelante.
Con retraso más que considerable, e imagino que con la esperanza de que entrara algún rezagado más, se presentaron en el escenario como teloneros un grupo sevillano que no conocía, Malabriega, seguidores y continuadores de la tradición de Triana y el Camarón de La Leyenda del Tiempo. ¡Qué bien sonaban los tipos!. Mucha calidad, instrumental y vocal, sin complejos, haciéndonos escuchar a Triana pero sin ser ni pretender ser Triana. Espero que sigan adelante porque el camino que han elegido desde luego que no es fácil ni agradecido.
Y llega el turno de los malagueños. Ahí están todos esos monstruos, con una formación que lleva junta al menos 20 años. Carlos Becerra, el bajista entró después, y el teclista es totalmente nuevo (el de hoy es su segundo bolo). Empiezan a calentar, a sonar los pitos como dice Pepillo, las cuerdas y los parches. No se ve a Tony Romero, que espera a que suenen los primeros acordes de Guaja para salir al escenario y empezar a cantar aquello de que qué hemos tomao que tenemos mu mal color. Bueno, ya empiezo a degustar a los nuevos Tabletom. Tony canta con un deje que no dista mucho del de Rockberto, pero ni lo imita ni lo intenta, es sólo que esas canciones las tengo a hierro tatuadas en el cerebro y se grabaron por y para Rockberto. Como decía un acompañante del grupo, Tony Romero es un animal del escenario, y eso se nota y le da al grupo un empujón totalmente nuevo con la música que ya conocemos. Que sí, que con el Rockberto te partías de risa sólo con verlo moverse y por las ocurrencias que soltaba por la boquita y que algunos temas los cantaba como nadie podrá cantarlos jamás, pero éste desde luego que los canta todos y se le entiende. Las letras de Tabletom vuelven a dejar de ser ininteligibles. A los miembros del grupo se les ve más sueltos , relajados, sin soportar la carga sobre los hombros que desde luego suponía Rockberto en los últimos tiempos. Eso es lo que me parece a mí al menos. No puedo dejar de asimilar la situación a la que pudieron vivir los grupos que acompañaban a Silvio en sus últimos años. Y además yo soy de los que siempre ha ido a ver a Tabletom por la música, no por el personaje, y en eso no hemos perdido nada, sino todo lo contrario.
Bueno, después de La Radio llega Paco, un tema que como he dicho en alguna ocasión sería un pelotazo si alguien se dedicara a radiarlo o a distribuirlo por youtube. Me encanta este tema, divertido, musicalmente hermoso, dinámico. Hay otros temas así que también suenan, como El Vampiro, el Reggae las Macetas. Qué musicazos. Todos. Yo lo flipo especialmente con Carlos Becerra. Con lo que me ha gustado siempre un bajo, verlo tocar a dos metros de distancia es un deleite. Se sale del pellejo en temas como La KGB. Por fin llega un tema del disco que menos huele a Rockberto, pero es precisamente el tema del disco que más huele a Rockberto. Se trata de Blues Ozono, un tema con una letra que yo al menos no tengo por dónde cogerla. Siguen más temas del Inoxidable (1991) y casi parece que lo van a tocar entero. Y si no, son temas del 7000 Kilos (2002). La verdad es que son sus discos más populares aunque por descontado no van a dejar de regalarnos otros de sus temas favoritos como La Parte Chunga y Málaga. Antes de ellas llega Guadalmedina, un temazo que suele iniciar Pepillo al cante, que Tony Romero hace literalmente suyo, cambiando las referencias malagueñas por las granainas, y que en su segunda parte tiene un desarrollo instrumental que pone los pelos de punta.
La gente se viene arriba, alguno está a punto de saltarse al escenario del subidón. Semos cuatro gatos pero no lo parece. Pero irremediablemente nos acercamos al fin con el principio del bis, que como es habitual desde hace ya muchos años culmina con ese derroche de energía rocanrolera que es No Tengo Ná. Sólo hay una cosa que me decepcionó del concierto: ni un solo tema nuevo. Esperaba alguna sorpresa, máxime cuando en el previo del concierto me enteré por su manager que tienen grabados nuevos temas con Tony Romero. Desconozco por qué no lo hicieron. Alguna razón habrá, ¿verdad?.
Y por último agradecer a las primas Cayuso permitirme compartir mesa, concierto y backstage con ellos, y a los hermanos Ramírez por su amabilidad y palabras. Sigamos en las nubes no, sigamos en los escenarios.
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