
Hace muchos años, estas grabaciones eran la única manera de escuchar ese concierto especial, ese tema inédito, esa versión, esa colaboración. Hoy día, con las reediciones de CDs y extras de DVD, casi todo ese material está disponible con una alta calidad, pero entonces las fuentes eran grabaciones penosas que obtenías de emisiones de radio, o ediciones ilegales (casi siempre italianas) de fea presentación e información nada fiable. Estas grabaciones a menudo las conseguías en ferias de discos, mercadillos o a través de venta por correo, y corrías un enorme riesgo sobre la calidad del producto. Recuerdo que en una ocasión compré por correo y a 900 ptas una grabación de un concierto de los Zeppelin. Cuando recibí el paquete con un mísero casete TDK sin carátula, ni setlist y con una calidad de sonido infumable se me quedo una cara de tonto que sólo pude mitigar tirando la cinta a la basura y ocultando todas las pruebas de la estafa. Por otra parte también corrías el riesgo de comprar bajo otro título el contenido que ya tenías, y a menudo con peor calidad. Hubo un tiempo sin embargo que en cualquier tienda de discos encontrabas unas ediciones super curradas de una distribuidora llamada “The Swingin' Pig Records”. Habitualmente eran carpetas dobles o cajas, con información fiable y grandes fotos, aunque prescindían de libretos, y los vinilos solían ser de colores. Me agencié varios títulos de aquellas ediciones. Lástima que mi economía no me diera para más.

Hoy día, con Internet, pagar por un bootleg me parece una tontería. La red está cargada de páginas que ofrecen estos bootlegs de forma gratuita. Made by fans for fans. El lema es: “No vendas esta grabación. Nunca pagues por ella”. Y me parece estupendo. Prácticamente puedes escuchar todos los conciertos de una gira actual, con una calidad más que aceptable en formato flac y renegando de compresiones tipo mp3. Hay quien los recopila todos de su artista favorito, aunque a mi me parezca una burrada. Mi interés está en simplemente escucharlos y, cuando alguno tenga un valor especialmente sentimental, hacer mi propia edición casera-profesional (los paquetes o Torrents a menudo incluyen artworks muy buenos).
Lo que no acabo de entender, tal y como está el fenómeno hoy día, es la obstinación de algunos artistas por evitar cualquier tipo de grabación en sus conciertos, teniendo en cuenta que cualquiera tiene un teléfono móvil para grabar audio y video con alta calidad. A menudo yo mismo hago pequeñas grabaciones para disfrute personal y quizá las subo a Youtube para disfrute de otros. ¿Me puede decir usted, Sr. Metheny, o alguien de su oficina, qué daño le hacen mis videos que ha ordenado retirarlos todos de la red?. ¡Qué tontería!.