Monasterio de la Cartuja
¡Maldita la hora en que me compré el abono pal Territorios!. Es lo que he pensado en estas dos últimas ediciones cuando voy en coche camino de la Cartuja, a las 10 de la noche, tras dejar a los niños colocados con los abuelos, con la incertidumbre del follón que encontraré para aparcar, sin saber si veré algún concierto que valga la pena, reventado de trabajar y levantado desde las 6:30, sabiendo que mañana tengo que ir temprano a recoger a los niños….¿Vale la pena?. Al final sí, y seguro que vuelvo a comprar el abono en cuanto se ponga a la venta para la edición del 2015. No te puedes resistir, por tan solo unos 15€ (qué se puede hacer por menos dinero hoy día). Y además hay que contribuir a la permanencia de este festival. O esto, o no tendremos nada. Ya sé que el cartel lleva dos años muy flojo. Que soñamos con que vuelvan a aparecer nombres como Wilco, Jayhawks, Los Enemigos, Amaral, Iggy Pop…pero hay que seguir apoyándolo aunque no cubra nuestras expectativas. Ya vendrán tiempos mejores. E insisto, ¿qué más se puede pedir por 15 pavos?.
Los cabezas de cartel este año son Loquillo y el homenaje a Triana. Porque cabezas de cartel son los nombres que van en primer lugar y a menudo con letras más grandes, ¿no?. Pero mi interés estaba en los que figuraban en segunda fila: Anna Calvi el viernes y sobretodo JSBX el sábado. Del homenaje hablaré más tarde, como está haciendo todo el mundo. Pues eso, que estaba yo en el coche camino del festival sin muchas ganas, la verdad, pero mira por dónde na más llegar aparqué el coche a apenas 200m de la puerta. Empezamos muy bien. Tras sortear las botellonas veo las primeras caras conocidas. Esa gente del ámbito laboral que no te imaginas ver por allí. Me gustan esas cosas. Y una vez dentro y anillado el primer destino es Anna Calvi. Miento, el primer destino es la taquilla donde sacar las moneditas para pedir un par de cervezas. La visión de Anna Calvi sobre el escenario con su guitarra y arrancándole esos aullidos es muy impactante. Cuanto menos es una imagen poco usual. La fragilidad de su figura y la dulzura de su voz contrasta con la garra con la que maneja su telecaster. La atmosfera es asfixiante, depresiva…eso lo consigue la banda que está detrás y la oscuridad de la noche. Incluso ese escenario, grande pero abierto por los cuatro costados. Pero sobretodo ella con su presencia, su guitarra y su voz (aunque esta última no estaba muy bien amplificada). Me gustó verla.
De aquí me acerqué a ver a Loquillo, que aún no había empezado. Con mucha pomposidad y actitud de estar de vuelta de todo empezó su concierto ante una audiencia entregada. Las primeras canciones no las reconocí pero más o menos vi por dónde iban los tiros La banda sonaba bien (con tres guitarras ya le vale) y la voz la tiene cascada, pero mantiene el tipo con dignidad y sus incondicionales son eso, incondicionales.
No obstante me fui a la media hora para ver a Shannon & The Clams. Una auténtica y agradable sorpresa. Los había escuchado poco en la web del Territorios pero en vivo y en directo entran muy bien, con esa deliciosa y potente mezcla entre música surf y doo-wop. Y para potente también la figura de Shannon, en las antípodas en lo físico de Anna Calvi.
Aún me quedé un rato más para ver la primera parte del concierto del Love of lesbian, en el escenario principal. También lo petaron para deleite de sus seguidores (y sonaba de pm).
Y ya estamos en sábado. Más descansados que el viernes pero al mismo tiempo resentidos, así que sé que tampoco voy a aguantar mucho. Lo de Triana está programado para las 2:45. No llego, seguro. Pero empezamos con tralla de la buena, con los sempiternos Reincidentes. Lo menos 20 años que no veo un concierto de ellos y ahí siguen, dando caña. Me retraí a aquellos años de excesos y pocos compromisos y obligaciones y me dio cierto gustirrinín aunque eso no significa que firme volver atrás en el tiempo.
Como decía el amigo Carrascus, nos cansamos de escuchar proclamas antisistema y hay que irse a no perderse ni un minuto del plato fuerte de la noche: la Blues Explosion de John Spencer. Sobra mucho escenario para una batería sin tarima y dos guitarras. Hay también un chisme con forma de cuña, con antenas y una luz azul. Sólo los más viejos del lugar saben lo que es. John Spencer gasta su guerreada guitarra Zimgar , pantalones de cuero, habla poco y muy rápido y continuamente hinca la rodilla en el suelo. Su lugarteniente Judah Bauer se mueve poco, se contonea en círculos y parece que no toca mucho, pero siempre están saliendo notas de su guitarra, ya sean acordes, punteos o slide. Además hace atronar su armónica a veces. Y por último Russell Simins está aporreando una batería con un solo plato, un solo tom, un solo bombo pero…cada vez que baja el brazo o aplasta el pedal te sacude el pecho. Los temas o canciones, se suceden sin interrupción, no sabes cuándo acaba una y empieza otra, o si están improvisando, o yo qué sé. Al final, sí, se acerca a hacer aullar al “chisme”. Un subidón.
Después de esto me puedo ir a casa a gusto, pero me da tiempo de ir a ver a Él mató a un policía motorizado. Un grupo de nombre extraño, ridículo, aunque no más que No me pises que llevo chanclas, pero que hace un rock contundente y algo psicodélico. Sólo vimos el final, con los últimos temas y la “actuación estelar” como invitado de Jota, el de Los Planetas.
Son más de las dos y aún queda más de una hora para que empiece lo de Triana. ¿Me quedo?, ¿no me quedo?, estoy escuchando Ska-P, ¿me quedo?, ¿no me quedo?....No me quedo. Paso. Me voy. Me dicen que hice bien. Ríos de tinta, digo, miles de tweets y comentarios de facebook están corriendo sobre el homenaje a Triana en Territorios. La mayoría despectivos hacia los indies y de mano de integristas pseudo puristas. Que si dónde van estos indies-granainos-malafollá profanando el legado de los dioses sevillanos del rock andaluz, que si las versiones no están a la altura, que si no tocan bien…Bueno, nadie se rasga las vestiduras cuando sale un disco de versiones de los Beatles en clave de jazz, y esto es un poco lo mismo. Si no te gusta te vas, pero no machaques un espectáculo que sólo por la cantidad de gente implicada seguro que ha costado mucho sacar adelante y con la única intención de hacer algo bonito, de conocer algo nuevo.
Bueno, el año que viene más. Dicen que han venido 34.000 personas.
Fotos, casi todas, de Ángla Oliva
"Information is not knowledge. Knowledge is not wisdom. Wisdom is not truth. Truth is not beauty. Beauty is not love. Love is not music. Music is the best." (Packard Goose, Joe's Garage, Frank Zappa 1979)
sábado, 31 de mayo de 2014
domingo, 18 de mayo de 2014
Philip Catherine Trio, Sevilla 16/05/2014
17 Festival de Jazz de la Universidad de Sevilla
Teatro Alameda
Philip Catherine: Guitarra
Phil Wilkinson: Órgano Hammond B3
Esteve Pí: Batería
Tras tres años de infidelidad (joder...¿por qué lo hacían coincidir con el Territorios?), por fin este año vuelvo a mi querido festival de Jazz de la Universidad de Sevilla y a mi querido Teatro Alameda. Ahora sí, es querido, tras cambiar los incómodos asientos anteriores.
Y van 17 ediciones. Todas que un nivel altísimo, a precios populares. un festival hecho con mucho esfuerzo y cariño y que al menos se ve recompensado con masiva afluencia de público. Al menos en todos los conciertos a los que he asistido durante muchos años. Enhorabuena.
Fue en el 2007 cuando estuve viendo por primera vez a Philip Catherine en este mismo festival, en este mismo recinto. También en formato trío, pero con la formación habitual de contrabajo y batería. En esta ocasión cambia el contrabajo por el maravilloso sonido del órgano Hammond, magníficamente pilotado por un soberbio Phil Wilkinson. No menos soberbio también a los palos estaba el catalán Esteve Pí, habitual en los combos jazzísticos que se dejan caer por esta ciudad, y del que me quedé en varias ocasiones embelesado viéndolo tocar mientras la atención debía estar puesta en el protagonista, Philip Catherine.
Venir con un programa llamado "Plays Cole Porter" es apostar a caballo ganador. A poco que toque unos cuantos de sus archiconocidos temas el éxito está asegurado. Sin embargo, y al menos desde mi humilde conocimiento de la obra de Porter, lejos de asegurar Philip Catherine innovó con un repertorio más escondido y menos usual, con unos arreglos muy personales y currados. Está claro que se ha trabajado bastante estas interpretaciones y que disfruta tocándolas, al igual que sus acompañantes. tan sólo una concesión, con el famosísimo "Love For Sale". Ocho temas para una velada deliciosa. Y sí, al finalizar el concierto, montó su chiringuito.
Setlist:
I Concentrate On You
Let's Do It, Let's Fall In Love
Why Can't You Behave
So In Love
From This Moment On
Get Out Of Town
Love For Sale
---
You Do Something To Me
Teatro Alameda
Philip Catherine: Guitarra
Phil Wilkinson: Órgano Hammond B3
Esteve Pí: Batería
Tras tres años de infidelidad (joder...¿por qué lo hacían coincidir con el Territorios?), por fin este año vuelvo a mi querido festival de Jazz de la Universidad de Sevilla y a mi querido Teatro Alameda. Ahora sí, es querido, tras cambiar los incómodos asientos anteriores.
Y van 17 ediciones. Todas que un nivel altísimo, a precios populares. un festival hecho con mucho esfuerzo y cariño y que al menos se ve recompensado con masiva afluencia de público. Al menos en todos los conciertos a los que he asistido durante muchos años. Enhorabuena.
Fue en el 2007 cuando estuve viendo por primera vez a Philip Catherine en este mismo festival, en este mismo recinto. También en formato trío, pero con la formación habitual de contrabajo y batería. En esta ocasión cambia el contrabajo por el maravilloso sonido del órgano Hammond, magníficamente pilotado por un soberbio Phil Wilkinson. No menos soberbio también a los palos estaba el catalán Esteve Pí, habitual en los combos jazzísticos que se dejan caer por esta ciudad, y del que me quedé en varias ocasiones embelesado viéndolo tocar mientras la atención debía estar puesta en el protagonista, Philip Catherine.
Venir con un programa llamado "Plays Cole Porter" es apostar a caballo ganador. A poco que toque unos cuantos de sus archiconocidos temas el éxito está asegurado. Sin embargo, y al menos desde mi humilde conocimiento de la obra de Porter, lejos de asegurar Philip Catherine innovó con un repertorio más escondido y menos usual, con unos arreglos muy personales y currados. Está claro que se ha trabajado bastante estas interpretaciones y que disfruta tocándolas, al igual que sus acompañantes. tan sólo una concesión, con el famosísimo "Love For Sale". Ocho temas para una velada deliciosa. Y sí, al finalizar el concierto, montó su chiringuito.
Setlist:
I Concentrate On You
Let's Do It, Let's Fall In Love
Why Can't You Behave
So In Love
From This Moment On
Get Out Of Town
Love For Sale
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You Do Something To Me
sábado, 3 de mayo de 2014
Dave Douglas & Uri Caine, Sevilla 29/04/2014
Teatro Lope de Vega
Dave Douglas: Trompeta
Uri Caine: Piano
Conciertazo, lo que se dice conciertazo, no lo fue. No sé si fue cuestión del repertorio, basado en el disco conjunto recién editado y en el que se interpretan sobre todo temas antiguos de la música tradicional americana, o fue la duración del programa, de tan sólo una hora y cuarto, o fue más bien el ambiente frío de un teatro semivacío. Y es que por ejemplo llevábamos entradas de gallinero y sin embargo nos acomodaron en patio de butacas. Eso que nos llevamos.
Dave Douglas hizo sus esfuerzos por amenizar la tarde, dirigiéndose al público con un rudimentario español; vacilando un poco, como cuando propuso aceptar peticiones basadas en el comentado repertorio clásico norteamericano (y reculando, cuando le cambiaron el paso con las respuestas); buscando los aplausos para un soso Uri Caine, que no levantaba la vista del papel pautado. No consiguió gran cosa. Y mira que es evidente que son grandes músicos, pero pesó en exceso a mi juicio un formato tan poco usual y con tan poco juego: piano + trompeta. Lo más parecido que he visto anteriormente fue hace unos años un concierto de piano + saxo, con Brad Mehldau y Joshua Redman. En aquella ocasión se lo montaron bastante mejor.
Lo que más me gustó fue la interpretación de “Present Joys”, un tema que alternaba lo que podríamos denominar música de marching band con el swing más ameno. También me gustó mucho “Old Putt” donde una susurrante y casi inaudible trompeta evocaba el sonido de un tren en la distancia, sobre un sosegado acompañamiento de piano. Todo esto entre música ¿sacra?, ¿medieval?, ¿americana?, ¿salmos?. En “End to End” incluso cerrabas los ojos y podías imaginar que estabas viendo un episodio de Tom & Jerry.
Al final del concierto nos acercamos al cada vez más habitual kiosko que montan los artistas para sacar unos eurillos extras, vendiendo sus autoproducidos CDs, echándote el garabato, posando para lo foto e intercambiando agradecimientos y felicitaciones. La crisis obliga a codearse con los mortales. Y a mí esas cosas me encantan.
Dave Douglas: Trompeta
Uri Caine: Piano
Conciertazo, lo que se dice conciertazo, no lo fue. No sé si fue cuestión del repertorio, basado en el disco conjunto recién editado y en el que se interpretan sobre todo temas antiguos de la música tradicional americana, o fue la duración del programa, de tan sólo una hora y cuarto, o fue más bien el ambiente frío de un teatro semivacío. Y es que por ejemplo llevábamos entradas de gallinero y sin embargo nos acomodaron en patio de butacas. Eso que nos llevamos.
Dave Douglas hizo sus esfuerzos por amenizar la tarde, dirigiéndose al público con un rudimentario español; vacilando un poco, como cuando propuso aceptar peticiones basadas en el comentado repertorio clásico norteamericano (y reculando, cuando le cambiaron el paso con las respuestas); buscando los aplausos para un soso Uri Caine, que no levantaba la vista del papel pautado. No consiguió gran cosa. Y mira que es evidente que son grandes músicos, pero pesó en exceso a mi juicio un formato tan poco usual y con tan poco juego: piano + trompeta. Lo más parecido que he visto anteriormente fue hace unos años un concierto de piano + saxo, con Brad Mehldau y Joshua Redman. En aquella ocasión se lo montaron bastante mejor.
Lo que más me gustó fue la interpretación de “Present Joys”, un tema que alternaba lo que podríamos denominar música de marching band con el swing más ameno. También me gustó mucho “Old Putt” donde una susurrante y casi inaudible trompeta evocaba el sonido de un tren en la distancia, sobre un sosegado acompañamiento de piano. Todo esto entre música ¿sacra?, ¿medieval?, ¿americana?, ¿salmos?. En “End to End” incluso cerrabas los ojos y podías imaginar que estabas viendo un episodio de Tom & Jerry.
Al final del concierto nos acercamos al cada vez más habitual kiosko que montan los artistas para sacar unos eurillos extras, vendiendo sus autoproducidos CDs, echándote el garabato, posando para lo foto e intercambiando agradecimientos y felicitaciones. La crisis obliga a codearse con los mortales. Y a mí esas cosas me encantan.
Setlist:
Supplication
Ham Fist
Bethel
End to End
Seven Seas
Old Putt
Present Joys
Devotion
¿?
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Soar Away
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