Auditorio Al-Ándalus, FIBES
Quique González: Voz, Guitarra, Armónica
José Ignacio Lapido: Voz, Guitarra
Víctor Sánchez: Guitarra, Voz
Pepo López: Guitarra, Voz
Ricky Falkner: Bajo, Voz
Raúl Bernal: Teclados, Hammond, Voz
Edu Olmedo: Batería
Torroja y Bosé. Serrat y Sabina. González y Lapido. Definitivamente no hablamos de lo mismo. Esto no es una oportunidad comercial, ni una forma de volver al candelero, ni una escusa para sacar disco en directo, esto básicamente es la unión natural en un escenario de dos tipos que escriben unas canciones maravillosas y que se profesan mutua admiración, sin pretensiones ni aspavientos. Pero no sólo van a disfrutar ellos, nosotros también, estaría bueno.
En un auditorio que no hace justicia a un final de gira como este (feo, incómodo, sonido poco más que mediocre) y con una muy buena entrada aunque sin agotar, nada más entrar vemos ya dispuestas las armas de matar: cuatro guitarras. Acústicas, Telecasters, en manos de los técnicos se ven unas Gretsch, la SG de Lapido...locas por que les entre electricidad y demostrarnos lo que valen en manos de unos músicos del copón. Porque vaya músicos. A Víctor Sánchez ya lo conozco de verlo con Lapido. Es un espectáculo, ya lo he dicho otras veces, pero es que Pepo López no le va a la zaga. Cuatro guitarras entonces, más un bajo, órgano hammond, batería, todos tienen micros para la voz...pudieramos pensar que es excesivo pero la verdad es que son tan buenos músicos, están tan ensayados, los arreglos están tan bien hechos, que lo incuestionable es que esos temas que todos conocemos y que tanto nos gustan alcanzaron unos niveles nunca visto antes, al menos por estos ojos que se han de comer los gusanos.
Con un poco de retraso subieron en fila al escenario para inmediatamente entonar el primer temazo como es "Ladridos del perro mágico". Primera erizada de vellos de la noche. La banda suena de escándalo y hasta se permiten ciertas coreografías. Le sigue otra de Quique González, y después otra de Lapido...parece claro que se van a ir alternando religiosamente. Realmente no es así pero echando balance global vemos que fueron 24 temas repartidos por autoría a partes iguales. Fifty-fifty. Yo no soy más que tú ni tú menos que yo pero parece que esa decisión salomónica responde más a una reverencia al publico que a ellos mismos. Yo soy más de Lapido que de Quique pero los habrá que serán más de Quique que de Lapido. El caso es que todos contentos a partes iguales. Lo realmente importante es como uno interpretaba las canciones del otro, haciéndola suya pero respetándola por encima de todo y sobretodo disfrutándola. Y en cualquier caso (casi) nunca uno estaba solo, sino que por lo general la práctica era intercambiar estrofas.
De la primera parte del concierto guardo momentos espectaculares. Por ejemplo el mini duelo de guitarra entre LapidoSG y Pepotelecaster en "Kid Chocolate", el rocanrol desenfrenado de "Hotel Los Ángeles", seis voces cantando a coro "En el más allá"...¿qué digo seis?, también los técnicos y por supuesto la audiencia. Y es que esa es una de las razones por las que un concierto como el del sábado se disfruta a tope. Te gustan las canciones, las adoras, te encanta cantarlas en el coche así que cómo no las vas a cantar acompañado de su autor que lo tienes delante de tus narices, vivito y coleando. Lo de los pipas canturreando los temas desde su posición es algo que vi muchas veces durante el concierto y me encantó. Pero sobre todo me encantó ver a Quique González cantando, gesticulando, saltando, tocando en plan air guitar, en el tema que cerró el set principal: "Cuando por fin".
Llega la parte de los bises. Al principio de forma intimista, con "Aunque tú no lo entiendas" a dúo entre Quique González y Raúl Bernal y después con "En el ángulo muerto", con Lapido, Bernal y Víctor Sánchez en el slide. Enésima erizada de vellos. Y luego, bueno, luego llega la muy esperada rendición a "los cero" con "Nubes con forma de pistola" y "Vidas Cruzadas". Aquí la gente ya no puede aguantarse en la butaca. Lo ha hecho durante toda la noche, por respeto al que se sienta detrás, pero ya está, ya es hora de saltar un poco en tu posición y echar los restos.
Se nos van, de nuevo, para volver otra vez (y ya nos damos cuenta que es el principio del fin) con la tremenda "Cuando el ángel decida volver". Todos la cantan y la tocan como si fuera la última vez que lo hacen en su vida. Bueno, puede que para la mitad de ellos sea así. No me cabe duda de que están pensando en ello y es palpable y se les dibuja en la cara a satisfacción y el gusto de tocar un tema así por última vez con tan magnífico acompañamiento. Todo lo bueno se acaba y lamentablemente se tienen que despedir, con tralla, como se tiene que acabar un concierto, joder. Y ahí quedo "Dónde está el dinero", suelta de perros incluida.
Han sido diez conciertos diez, que se recordarán en nuestra memoria y en la de ellos por muchísimo tiempo. Y si no, espero que al menos estén los blogs para recordarlo.
Repertorio:
Ladridos del perro mágico
La luna debajo del brazo
El carrusel abandonado
Me agarraste
Luz de ciudades en llamas
Se equivocaban contigo
Deslumbrado
Antes de morir de pena
Kid Chocolate
Hotel Los Ángeles
En el backstage
El más allá
Dallas-Memphis
En medio de ningún lado
Clase media
Algo me aleja de ti
De espaldas a la realidad
Cuando por fin
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Aunque tú no lo entiendas
En el ángulo muerto
Nubes con forma de pistola
Vidas cruzadas
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Cuando el ángel decida volver
¿Dónde está el dinero?
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