Teatro Lope de Vega
Brad Mehldau: Piano
Es muy chocante lo del Lope de vega y el adelanto y puesta a la venta de entradas con casi un año de antelación. No es de extrañar entonces que pocos meses después se caigan artistas del cartel (Joshua Redman) y otros cambien de fecha (Brad Mehldau) con los consiguientes gastos de gestión que conlleva a la organización. Puedo entender que con ello quieran asegurarse el lleno pero apenas lo consiguen. Creo que sería más eficaz una buena publicidad del programa. En fin, al menos es una anual cita obligada y como digo siempre: "...y que no falte".
Brad Mehldau es un crack a cualquier hora que se levante. Lo he visto en tres ocasiones anteriores, nunca solo, y siempre es de los que come y deja comer, ya sea con sus gregarios en su formato trío o ya sea como segundo de cartel a dúo con algún que otro grande. Por eso me atraía mucho la idea de verlo sólo ante al piano, sin más compañeros donde apoyarse para resguardarse de la audiencia, descansar o para desviar la atención. Pero, ¿cómo será?...¿aburrirá?...¿será capaz de hacer un concierto largo?...¿se apoyará en las versiones para mantener la atención del público?. Lo cierto es que hubo de todo lo anterior pero superó mis expectativas en muchos sentidos.
Brad Mehldau es un improvisador nato. Desde luego no es un concierto improvisado en el sentido de que los temas, suyos o ajenos, están ahí y tienen su melodía y su estructura pero, una vez lanzado el guante sus dos manos son un torbellino con las teclas deconstruyendo y construyendo el tema, escuchándose tocar a la vez que toca y pensando hacia dónde va el siguiente giro, la siguiente vuelta de tuerca a lo que está creando, rompiendo o acelerando el ritmo según le dé. Con su mano izquierda crea la atmósfera, un auténtico muro de sonido sin tregua, y con la derecha pega las pinceladas necesarias para que la composición tenga su razón de ser. Eso cuando no le da por cambiar los papeles de cada manopla, a menudo sin que te des cuenta ni des crédito a cómo lo ha hecho.
En el concierto alternan interpretaciones de cinco o seis minutos con suites que alcanzan hasta los veinticinco minutos. Aparecen conocidos como los Beatles (The Fool on the Hill, And I Love Her) o Dylan (Don't Think Twice, It's Alright), pero sobre todo se explaya con sus propios temas en los que no tiene que rendir cuentas a nadie, ni siquiera a sí mismo. El concierto pasa volando, y es que nos tiene hipnotizados. A pesar de estar en el gallinero, no puedes quitar los ojos de sus manos y el sonido te envuelve, te atrapa. Ha pasado poco más o menos una hora y cuarto y se despide. Habrá un bis, claro, pero los conciertos de jazz en el Lope de vega suelen ser cortitos. El bis es precisamente el tema que menciono de Dylan y la audiencia lo celebra. No está mal para acabar un gran concierto. Todos sabemos que Mehldau es un poco malajote por lo que no le recrimino que ni siquiera dirija unas palabras y que se despida sin más pero, atención, sale de nuevo a tocar. Qué sorpresón que nos regale unos diez minutos más de un tema que no reconozco que que me sonó clasicote. Gracias Brad. Te lo agradezco, hasta pronto. Aplausos y....sale de nuevo. No puedo dar crédito. ¿Le ha pasado algo?...¿es este concierto especial para él?...ni lo sé ni me importa. El caso es que otra vez se sienta al piano y nos brinda otra suite de casi quince minutos. Estamos de enhorabuena, pero todo llega a su fin. Ha sido una gran velada.
Salgo al kioskillo donde venden discos de BM. Alguno no está mal de precio y pico. En otras ocasiones, en este mismo recinto, los artistas salen y alternan con los que se han quedado rezagados ojeando los discos. ¿Será posible que la noche sea redonda y asome el Brad?. ¿Qué creéis que pasó?.
2 comentarios:
Fue un concierto hipnotizante. Aunque pueda parecer aburrido a priori, lo de este hombre con el piano no tiene nombre. Capta tu atención en todo momento y te metes dentro sin que te desconcentre absolutamente nada, ni problemas laborales, ni lo que esté haciendo el público con los móviles, ni nada de nada, hay que seguir esos dedos. Creo recordar que la penúltima fue "Exit music" de Radiohead. De lo que sí estoy segurísima es de que se despidió con "River man" de Nick Drake. ¿Qué pasó? Yo lo veo enrollado como para firmar discos, ¿no? ¿O es un sieso?
Besos, David!
Eres una artista Lu. He escuchado la grabación y efectivamente los dos últimos bises son los temas que dices. Esto de escribir la crónica más de un mes después no es positivo. Otra como tú y sacamos el setlist completo.
Y no, no salió a saludar. La tipa que vendía los CDs me dijo que no sale nunca. Creo que sí, que es un sieso.
Un beso.
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