Conservatorio Cristóbal de Morales
¿Cómo es posible que no me haya enterado antes de este pedazo de Festival que organizan anualmente la gente de Tam Tam Percusión?. Lo primero de todo felicitarlos por la idea, materializarla año tras año, con una organización impecable, profesionalidad, amabilidad, regalos, buen rollo. ¿Será todo este peloteo porque me dejaron pasar sin invitación?. Aquí va la historia.
Me enteré por casualidad de que Chad Wackerman estaba por España y pasaba por Sevilla para un clinic. ¿Clinic?....¿qué cojones es un clinic?. Rascando llego a la web del DrumFest y no sólo es Chad Wackerman, sino Billy Cobham, Horacio "El Negro" Hernández, John Tempesta...¡pero qué pasada!. A ver, entradas, ¿dónde?...¿cómo va esto?. En la web se cuenta que con una factura de compra te dan las invitaciones pero que si sobran se pueden conseguir. Llamamos y ya no quedan. Está claro que esto está dirigido a profesionales del tambor pero nos invitan a que nos pasemos el día del evento, que si hay sitio podremos pasar. Perfecto. ¿Quién va a ir a esto un domingo de puente, a las 11 de la mañana, con el chaparrón que está cayendo?. Pero cuando me presento allí con mi amigo Iván se me caen los palos del sombrajo. La cola da la vuelta a la manzana y todo el mundo va con su invitación en la mano. No entramos ni de coña. ¿Qué aforo tendrá el auditorio?. No lo sé, pero ahí fuera hay por lo menos 100 personas y ya hace un buen rato que está entrando gente?. Nos ponemos en la cola en cualquier caso y conforme nos vamos acercando vamos oyendo a la gente de la organización: ¿cuánta gente hay fuera?...ya no quedan butacas...a ver si con unos banquitos...en el pasillo también se pueden poner... No entramos ni de coña. Efectivamente, con cara de cordero degollao confesamos que no tenemos invitación y nos dicen amablemente que debemos dejar a los que sí la tienen. Lo entiendo. Sigue entrando gente. Nosotros en la puerta. Finalmente acaba la cola. Los miramos. Nos miran; ¡venga!...¡pa'dentro!.
Resulta que lo del clinic es una especie de presentación comercial/clase magistral. Apuntado. Tras las presentaciones y agradecimientos de los organizadores presentan a Billy Cobhan. Miles Davis, la Mahavishnu Orchestra, Ron Carter...Este hombre es leyenda y ha tocado con leyendas. Se sienta en su batería de doble bombo con una configuración muy personal y arranca con un solo que se extiende por lo menos media hora. Hay algunos cortes de suministro eléctrico por la tremenda humedad pero da igual. Una batería suena potente sin necesidad de amplificación. Arreglan los problemas y disfrutamos del arte y maestría del señor Cobham. A continuación se brinda a la gente un turno de preguntas al protagonista. Sobre todo se hacen preguntas técnicas a las que Billy responde con simpatía, dando consejos, trucos, mostrando cómo se hace. En total alrededor de una hora hasta que ya no hay más tiempo. Diez minutos de descanso y volvemos. Mmm...esto va pa largo.
El siguiente es Keith Carlock (Sting, Steely Dan, James Taylor). Con una batería (Gretsch) más convencional y con un estilo también más convencional también demuestra sobradamente sus dotes y técnica. Suena mucho más contundente que su predecesor y maestro Cobham. En las Q&A se explaya sobre su técnica para coger las baquetas y golpear los platos y toms, dejándolas rebotar, usando la inercia para atacar el siguiente golpe. Todo cuestión de muñeca. Es también agradable y simpático el señor Carlock. Nuevo descanso y nos anuncian que el siguiente será el esperado Chad Wackerman para cerrar la sesión de mañana. Mmm...esto continúa por la tarde.
Chad Wackerman presenta el nuevo modelo de batería eléctrónica Roland 30KX. No estoy seguro, pero creo que Wackerman se ha vuelto un especialista en estos chismes desde que Zappa lo convenció de que sonaba de puta madre para la gira del 84. Después de la peculiaridad de Cobham y del contundente, pero más ortodoxo estilo de Carlock, la clinic de Wackerman es totalmente distinta. Más relajada, más experimental, más "electrónica". Comienza con una composición de su útlimo trabajo y continua con otras piezas donde explota un cacharro llamado Octapad. Después, en el turno de preguntas, la inevitable referencia a Zappa. Wackerman, lejos de mostrar la razonable cara de "estoy hasta los webos de que me hagan esta pregunta", cuenta lo duro que fue trabajar para Zappa: tres meses de ensayo, a 8 horas diarias, preparando 80 canciones antes de comenzar la gira. ¡Y durante ésta Zappa no dejaba de componer nuevas piezas!. En definitiva que para él fue un honor, teniendo en cuenta que venía a cubrir la plaza que dejaba Vinnie Colaiuta.
Tuve que renunciar a la sesión de tarde. Lo lamento tremendamente porque me apetecía mucho conocer a Horacio "El negro" Hernández y ver en acción a John Tempesta. Pero no pudo ser. Para el año que viene iré mejor preparado. ¿Drum Fest?...No, Drum Marathon. Enhorabuena una vez más, señores de Tam Tam
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