Hizo ayer 15 años que un cáncer de próstata se llevó al posiblemente más grande músico del siglo XX. Sirva como homenaje el recordatorio de cómo lo descubrí y cómo lo sigo disfrutando hasta la fecha.
Corría el año 1988 cuando Juanjo, amigo del instituto, me habló de que había grabado en video un concierto de Frank Zappa que echaron por la tele. Juanjo es de fiar. En esos tiempos descubría muy buena música gracias a él. Pero su falta de efusividad sobre el video hizo que no me interesara demasiado. Me contaba que “la banda suena muy bien” pero que “los temas son muy raros” y además “se pone a dirigir la banda como si fuera un director de orquesta, con batuta y todo”. En fin, que pasó sin pena ni gloria. Sólo de pensar que en esas mismas fechas tocó también en Sevilla y que perdí la oportunidad…me tiro de los pelos.
Tuvieron que pasar al menos dos años hasta que llegó a mis manos material de Zappa. Mi amigo Joaquín, que empezaba entonces a interesarse por tocar la guitarra, me pasó un casete con dos discos: “Apostrophe” y “Overnite Sensation”. Recuerdo que escuchaba la cinta en las tardes de estudio y algo empezó a cosquillearme en el estómago. Tuve que dejar de escucharla mientras estudiaba; “Camarillo Brillo” no paraba de rondarme por la cabeza. Algún tiempo después me pasó un doble vinilo repleto de solos de guitarra. Nunca había visto ni escuchado nada así. Me llamó mucho la atención el título de las canciones; cosas como “But Who Was Fulcanelli?” o “Where We Ever Really Safe in San Antonio?”. No fue hasta mucho después que descubrí que en realidad se trataba de fragmentos de canciones cuyo título original no tenía nada que ver. Me resultaba duro escuchar un doble así, pero algo me hacía escucharlo una y otra vez. Este fue sin duda el punto de inflexión, pues al poco sentí la necesidad imperiosa de ir a la tienda de discos a por más. También debió ser por esta época que me enteré de la noticia del fallecimiento del maestro. Recuerdo haber escuchado algún especial en la radio. En Radio 3, supongo.
Así que me planté en la añorada Sevilla Rock, me fui a la “F” de “Frank” y empecé a ojear un montón de CDs con unas portadas la mar de originales. No tenía ninguna referencia y tuve que arriesgarme. Y el riesgo suele ser menor con una grabación en directo, así que el destino me llevó al “Bongo Fury”, a pesar de que la portada probablemente era la más horrenda de todas. La escucha en casa me confirmó que había acertado en la compra. “Carolina Hardcore Ecstasy” me enganchó desde la primera escucha, y eso que aún no sabía de qué iban las letras. Más, necesito más, y no pasó mucho tiempo hasta que volví a la tienda y me agencié “Cruising with Ruben & The Jets”. Tras la primera escucha me dije…¿qué tomadura de pelo es ésta?, por momentos pensé que no era un disco de Zappa sino de unos tal Ruben & The Jets de los años 50. No escarmentado con ello volví a la tienda y esta vez me llevé el “Weasels Ripped My Flesh”, ya en la edición de Rykodisc, con su cajita verde muy chula. Esto ya era otra cosa, aunque en principio me resultó también duro de escuchar. Ya estaba totalmente enganchado y el mono por conseguir más material era cada vez mayor. ¡Cuántas veces tuve en mis manos el hoy casi ilocalizable “Civilization Phaze III” y nunca me atreví a comprarlo!.
El primer doble que compré, “The Best Band You Never Heard in Your Life”, me emocionó de verdad. El título lo decía todo. Nunca había escuchado una banda tan tremenda y sigue siendo así hasta la fecha. Fue tal el impacto, que no paré hasta conseguir “Broadway The Hard Way” y “Make a Jazz Noise Here”, ambos de la misma gira. Particularmente siempre me han gustado las grabaciones de conciertos enteros, con una misma banda y en una misma localidad. Nadie como Zappa para tocarme los cojones en ese aspecto, sobre todo en la serie de 6 dobles YCDTOSA. Ya por entonces descubrí que incluso resultaba más barato comprar los discos directamente por correo a Rykodisc, y así fueron llegando varios directamente de Londres a mi buzón. Fue por esta época cuando conocí a mi gran amigo Iván, también zappiano hasta la médula, que me prestó muchos discos del bigotes y hacíamos pedidos conjuntos para compartir gastos.
Con la llegada de internet y el descubrimiento de El Tercer Poder (la biblia de Zappa en español), la obra de Zappa adquirió para mi una dimensión inigualable por nada o nadie de lo que había escuchado. Poco a poco fueron cayendo todos sus discos y hasta la fecha todavía me faltan por conseguir una decena de sus títulos. En una obra tan descomunal encuentras de todo y a veces resulta difícil saber dónde termina el genio y comienza la farsa. En una ocasión me pilló mi hermano in fraganti escuchando "The Chrome Plated Megaphone of Destiny". Me preguntó, textualmente, ¿esto que suena es así o es que está estropeado el disco?. Pero me gusta. Y tengo tanto que descubrir todavía que me resulta emocionante. Comparado con algunos tipos que conozco (virtualmente) no soy más que un aficionado. Además están los herederos de su legado, que hacen lo posible por explotar el filón, publicando periódicamente nuevos títulos con más o menos acierto.
Bueno, como todo lo que diga de este hombre es poco, voy a finalizar. ¿Qué hubiera podido hacer este hombre con una herramienta como internet en sus manos?. Una pena que no siga entre nosotros.
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