martes, 22 de julio de 2008

¡Los Beatles!...¡Qué rollo!

Pasaba yo esta tarde por la Fnac cuando me topo con tres chavalillos de entre 16 y 18 años ojeando los posters. Uno de ellos lleva una camiseta de Motorhead y los otros dos camisetas similares de grupos desconocidos para mi. En esto que se paran ante un poster de la portada del Abbey Road. Voy a intentar transcribir de memoria la conversación entre ellos:

Sujeto 1: Estos...¿QUIÉNES SON?...
Sujeto 2: Son los Beatles
Sujeto 1: ¿Los Beatles?...éstos estan muertos...¿no?...
Sujeto 3: SUPUESTAMENTE sí...están muertos...
Sujeto 2: Estan todos muertos MENOS UNO....el batería...Ringo Starr...
Sujeto 3: Éste es John Lennon. Era el guitarra rítmica. ¡NO VALÍA PA NÁ!...
Sujeto 1: ¡Los Beatles!...¡Qué rollo!

Lamentable

domingo, 13 de julio de 2008

Keep On Rockin' in the Free World

12 de julio de 2008, Festival Optimus Alive!, Oeiras

Lo que ayer noche presencié va a ser difícil de superar. Cualquiera que me conozca sabe de mi pasión incondicional por Neil Young, de modo que podrá decir con razón que no soy nada objetivo en esta crónica. Sin embargo estoy convencido de que no puedo estar tan cegado y que lo que ayer experimenté era totalmente auténtico.

Nos plantamos bien cerquita del escenario poco antes de que finalizara su actuación un, para mi desconocido, Donavon Frankenreiter. Al poco se despidió del escenario y comenzaron los movimientos de los técnicos para el cambio de equipo. El hormigueo en el estómago me decía que aquello iba en serio. Observé que ya en la derecha estaba plantado el indio de madera, vigilando a la audiencia. Junto a él, el atril donde colocarían los dibujos introductorios de las canciones. En el fondo del escenario, una estructura con letras y números aparentemente aleatorios. Al poco, asoma la narizota del fiel Larry Cragg trasteando con el equipo del tito Neil. El piano pintaraqueado, el teléfono rojo, el ventilador gigante. Y lo más emocionante: del techo colgaba el famoso órgano con forma de pajarraco. Delante del micrófono de Neil, colocan en el suelo una serie de marcos propios para poner las fotos de la familia, pero que en realidad llevaban unos papeles con lo que sospecho sería el setlist. Sin embargo ¿para qué tantos?. No lo sé. Ya vamos con retraso, pero queda poco. Se asoman Ben Keith y Anthony Crawford a hacer alguna prueba de sonido y en un momento dado ya está toda la banda en un lateral del escenario esperando que aparezca el gran jefe.

Por fin aparece Neil Young vestido con la camisa, pantalones y chaqueta que luciría un pintor de brocha gorda. Se cuelga su Old Black y arranca el riff de "Love and Only Love". Más de 10 minutos de descarga brutal que pasan volando para continuar con una de mis favoritas y de lo más grande que ha escrito Neil Young en su carrera: "Powderfinger". Durante este tema veo salir hacia atrás desde las primeras filas a un grupo de chavalillos con cara de: ¿Quién cojones es este viejo que está en el escenario?. ¡Criaturitas!. ¡Algún día os arrepentiréis!. Continuamos con "Spirit Road", de su último trabajo "Chrome Dreams II". Aquí cambia su guitarra por otra Les Paul pero le dura poco tiempo porque a continuación nos ofrece una joya: "Cortez the Killer". Si no me equivoco es la première en esta gira y una verdadera sorpresa por la que le estaré eternamente agradecido. Es la tercera vez que lo veo pero es la primera vez que me la ofrece. La cosa está la mar de calentita. Hasta ahora no podía ir mejor y va a más. Arranca "Rockin' in the Free World" aunque Neil se queda sin sonido en su guitarra. Rápidamente Larry Cragg corre a solucionar el problema mientras el resto de la banda mantiene el acorde y ritmo inicial. Neil no puede esperar más y comienza a cantar antes de que que el problema se solucione. Está con muchas ganas. Se le ve eufórico, haciendo gestos con el puño mientras canta con gran energía. Salta, aporrea su guitarra, y contagia su euforia al resto de la banda. Y aquí veo algo que me pone los pelos de punta: comienza a descender el órgano alado. ¡Como me toquen ahora el "Like a Hurricane" ya me puedo ir a casa!. Sin embargo una vez abajo lo vuelven a izar. Quizá fue arrebato de Neil el tocar este tema (¿para qué si no lo iban a bajar?) pero la cordura le hizo replantearlo. Interpretar "Like a Hurricane" hubieran sido diez minutos más en el mejor de los casos y hubiera alargado demasiado el concierto (después venía Ben Harper, que aún así comenzó el concierto con más de media hora de retraso). En fin, todo esto no son más que conjeturas mías.

Comienza el set acústico con "Oh, Lonesome Me", una precioa canción que no es suya, pero como si lo fuera, y después se sienta en el Pump Organ a tocar la tan apropiada en estos tiempos "Mother Earth". Creo que no es una cuestión de oportunismo. Sinceramente creo que siente cada una de las frases que canta. Después "The Needle and the Damage Done"; una canción tan breve como grande entre las grandes, para continuar con "Unknown Legend" y "Heart of Gold", que para ser sincero, fueron las dos únicas que no me dijeron gran cosa en el concierto. Hasta que llegó la preciosa, emocionante y sentida "Old Man", con Larry Cragg al banjo. Esta canción me eriza los pelos cada vez que la escucho, de modo que oirla en directo por el propio Neil tocándola para mí...no tengo palabras.

Con "Get Back to the Country" nos electrificamos de nuevo. Un tema muy dinámico y un poco sorprendente verlo incluido en el setlist, pero muy agradecido. Finaliza y Neil se cuelga su Gretsch blanca para, como no, ofrecernos "Words", de más de diez minutos también. Aunque esto no es nada para lo que vendrá a continuación: el Tour de Force, la Monster Song, como la queramos llamar, alrededor de 25 minutos de "No Hidden Path". Un riff persistente que se repite a lo largo de todo el desarrollo pero con la extraña peculiaridad de que necesitas oirlo una y otra vez, que te sabe a poco. Una misteriosa letra. Una estrofa recursiva: "Ocean sky, sea of blue, let the sun wash over you". Neil que saca aullidos a su Old Black frente a un enorme foco de luz amarillenta (una estampa para inmortalizar en foto). Impresionante.

Y con este pedazo de tema acaba el concierto. Saludos al respetable y abandonan el escenario. Estoy convencido de que habrá al menos un bis pero no las tengo todas conmigo por los retrasos. Algunos técnicos deambulan por el escenario y me da miedo que suene la música ambiental. Pero afortunadamente aparecen de nuevo para obsequiarnos con un regalo como es una versión de "A Day in the Life" de los Beatles. Ver a Neil Young interpretar un tema tan hermoso no tiene precio. Además es un tema poco ortodoxo, que se las trae por sus cambios, y que en las manos de Neil hace que pase de una delicadeza y belleza absoluta en las primeras estrofas a una salvajada total en el fin in crescendo, con la Old Black tirada por los suelos y con todas las cuerdas destrozadas. No sé que más decir. Gracias Tito Neil por este buen rato y espero volver a verte.

La banda:
Neil Young: Guitarra, Voz, Armónica, Pump Organ
Ben Keith: Guitarra, Steel Guitar, Órgano, Voz
Rick Rosas: Bajo
Chad Cromwell: Batería
Pegi Young: Voz, Vibráfono
Anthony Crawford: Voz, Piano, Guitarra
Larry Cragg: Banjo

El Setlist:
Love and Only Love
Powderfinger
Spirit Road
Cortez the Killer
Rockin' in the Free World
Oh, Lonesome Me
Mother Earth
The Needle and the Damage Done
Unknown Legend
Heart of Gold
Old Man
Get Back to the Country
Words
No Hidden Path

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A Day in the Life

martes, 8 de julio de 2008

Yo fui a Rock in Rio


5 de julio de 2008, Ciudad del Rock, Arganda del Rey, Madrid

Y eso que pensaba no ir. Pero es que últimamente estoy sembrao y gracias a un concurso de Toyota me hice con dos entradas para los conciertos del sábado. Consistía en contar por teléfono “la mayor locura que hayas hecho por tu artista favorito”. Locura, lo que se dice locura, no he hecho ninguna, pero me acordé de cómo en el año 2004 en cierto modo perseguí a David Bowie primero hasta Dinamarca y luego hasta Santiago de Compostela, para que finalmente me dejara tirado al suspender la gira. Pensé que podría sacar partido al disgusto y así fue. Increíblemente mi historia fue la ganadora.

Me comunicaron lo del premio el miércoles, así que tuve que correr para organizarlo todo. Tendría que buscar un acompañante, ya que Lidia lamentablemente no está en disposición de salir de gira, y por puntuación de baremo se lo ofrecí a Iván, que aceptó casi sin pestañear. El contacto en Toyota (gracias Ana Gómez por todas las atenciones) nos citó en la “Ciudad del Rock” el mismo sábado a la hora de apertura de puertas, a las 17:30, y allí nos hizo entrega de las entradas. El premio incluía además un pase de backstage.

Celebrar el Festival Rock in Río en Arganda del Rey me parece tan ridículo como celebrar un festival de Woodstock en Dos Hermanas. El recinto estaba en una zona desértica de lo más desalentadora y hacía bastante calor, aunque conforme avanzaba la tarde la temperatura pasaba a ser realmente agradable. Una vez dentro parecía casi un parque de atracciones, con su noria, pistas de skate, una rampa helada para deslizarse sobre unos donuts, tirolina. Todas las atracciones eran gratuitas y yo me hubiera lanzado por la tirolina si no fuera por la tremenda cola. Innumerables fuentes brotaban del suelo con fuerza para refrescar a cualquiera que lo desease, lo cual está muy bien por el calor, pero a mi me parecía un derroche de agua tremendo (tenía entendido que proteger el medio ambiente era una de las máximas del festival).

Ana nos había citado en el chiringuito de Toyota donde nos regalaron unas camisetas y merchandising variado. Unos chicos la mar de simpáticos me hicieron una entrevista que grabaron y filmaron y a continuación una chica de la organización nos llevó a todos al famoso backstage. Fuimos a la parte de atrás (muy atrás) del impresionante Escenario Mundo y allí visitamos la zona de recreo y los camerinos de los artistas. Conocimos a un paisano que se dedicaba a poner copas y nos cruzamos y nos hicimos unas fotos con gente que pasaba por allí como Rosario Flores y los ex-Ketama Antonio y Juan Carmona. Era el único “artisteo” que andaba por allí a esas horas ya que poco después actuarían como los “Flamenco All Stars”. Y poco más. La verdad es que teníamos los movimientos muy limitados. El pase no era precisamente un “Access All Areas”, pero fue una bonita experiencia.

Después de todo esto ya nos dejaron a nuestro aire, con el compromiso de hacer más tarde de nuevo una entrevista esta vez para Cadena 100, que también era partícipe del concurso. Esta entrevista no llegó a producirse por ciertas circunstancias. Nos fuimos al escenario “Hot Stage” a ver a Suzanne Vega. ¡Qué cabrones!. El nombre del escenario viene que ni pintado, ya que a esa hora (sobre las 7 de la tarde) estaba tocando la pobre Suzanne con todo el solano de frente. Refugiados a la sombra vimos un concierto breve y muy agradable, que finalizó con la preciosa “Marlene on the Wall” y las manidas “Luka” y “Tom’s Diner”. A continuación subió Zucchero al escenario, pero nos fuimos a dar una vuelta con la esperanza de ver algo más interesante. Finalmente acabamos de nuevo en el escenario Mundo donde iba a comenzar el concierto de Estopa. Me caen muy bien los “hermanicos” pero su música no entra precisamente en mi discoteca. De todas formas no teníamos nada mejor que hacer, así que vimos el concierto tumbados a la bartola en el césped artificial y a la sombra. A nuestras espaldas, la zona VIP, a kilómetros de distancia del escenario, donde la gente guapa e importante se había gastado un pastón por no perderse un acontecimiento así, pero con todas las comodidades. Tras el concierto salimos huyendo de allí, ya que a continuación venía Alejandro Sanz. Aprovechamos entonces para ir a comer algo, pues ya apretaba el hambre. Después de más de media hora haciendo cola conseguimos que nos sirvieran unas semi-vomitivas pizzas y baguettes, de las que dimos buena cuenta mientras al fondo berreaba A.S.

Y ya por fin nos acercábamos a la hora de la única razón por la que estaba allí: el concierto de The Police. Puntual a las 00:15 comenzó a sonar “Get Up, Stand Up” por los altavoces y a continuación saltaron al escenario un barbudo Sting, un tremendamente viejo Andy Summers y un canoso Stewart Copeland. Sí, ya sé que más viejos están Mick Jagger y Keith Richards, pero es que ellos no se han ido nunca, y se nota menos. El setlist parecía sacado de un Greatest Hits edición doble. No faltó ni uno sólo de sus éxitos. Personalmente hubiera prescindido de “Demolition Man” y la hubiera cambiado por “Bring on the Night”, “Synchronicity II”, o por “Murder By Numbers” para bordarlo. Sting estuvo muy bien en la voz (dentro de sus limitaciones, claro). Andy Summers me pareció por momentos genial y por momentos torpón con las seis cuerdas. Y Stewart Copeland sigue siendo un pedazo de batería y uno de mis favoritos de siempre. Me resultaron originales y extraños los acordes de introducción de muchas de las canciones. Supongo que uno tiene grabadas con fuego la versiones originales, que además están muy bien producidas. También me gustó mucho la interpretación de “When The World is Running Down” (con su guiño a "Hey Joe"), aunque por otra parte un tema tan potente como “So Lonely” me sonó realmente flojo. Tras dos bises y casi dos horas de concierto, se despidieron definitivamente (impresionante el cierre con "Next To You"). Ha sido increíble poder verlos juntos después de más de 20 años.

Y hasta aquí mi periplo por RiR. Ya sólo quedaba el infierno de más de 50000 personas desalojando un parking. No sé si habrá más ediciones pero yo sólo digo: “Bring RiR Back Home”.

Repertorio.
Message in a Bottle
Walking on the Moon
Demolition Man
Voices Inside My Head / When The World Is Running Down
Don't Stand So Close to Me
Driven To Tears
Hole In My Life
Every Little Thing She Does Is Magic
Wrapped Around Your Finger
De Do Do Do, De Da Da Da
Invisible Sun
Can't Stand Losing You/Reggatta De Blanc
Bis I.
Roxanne
King of Pain
So Lonely
Every Breath You Take
Bis II.
Next To You