Los conciertos de Halloween para Zappa eran como el Bridge School para Neil Young o el Cropredy Festival para Fairport Convention, una cita ineludible. Zappa celebró entre 1972 y 1984 varios shows en estas fechas, casi siempre en el Palladium de NYC, donde cientos de incondicionales acudían con toda clase de disfraces dispuestos a disfrutar de una auténtica fiesta. Los shows eran largos, algunos de casi cuatro horas: “Awright, this is it, this is the big one”, como anunciaba el propio Zappa en su show del 31 de octubre de 1978. Eran conciertos en los que el público participaba activamente, siempre bajo la dirección del maestro. Zappa tenía una gran habilidad para detectar en el público el potencial aprovechable para su show, y sabía explotarlo tan bien como explotaba el potencial de sus músicos. Sobre todo en estos conciertos subía a menudo a gente del público al escenario y los hacía actuar, bailar, cantar. Y no solamente público sino roadies, managers y cualquiera que estuviera por allí y Zappa considerara que tenía un papel para ellos. No era sólo un espectador o director del cotarro; él mismo se prestaba a todo tipo de interacción con su público, tomando prestado objetos de la audiencia, firmando discos, besando a las chicas…en pleno concierto. Todo esto se ve perfectamente en la película Baby Snakes que documenta el concierto en el Palladium de octubre de 1977.
Aquí un estracto de dicha película (gracias Manuel de la Fuente por el curro de la traducción)
Y aquí algunos años más tarde en un mano a mano con Steve Vai
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